El gran apagón. 15 días sin ningún tipo de energía eléctrica. Sin cajeros. Sin internet. Sin neveras ni calefacciones. Puede parecer un episodio pseudoapocalíptico, pero, para el Gobierno de Austria, es un escenario que podría ocurrir en los próximos años. Por ello acaba de lanzar una campaña de concienciación a su población para que sepan cómo prepararse y cómo deben actuar si finalmente llega ese momento.
"Un "apagón" es una falla de energía, infraestructura y suministro en toda Europa; es un riesgo realista y al mismo tiempo subestimado. Por lo tanto, nuestro objetivo es mejorar la resiliencia de nuestra república en su conjunto", dijo hace unos días la propia ministra de Defensa austríaca en su cuenta de Instagram. La acción de lanzamiento de esta campaña fue un concierto para más de 2.500 personas en Viena.
No sería la primera vez que ocurre algo parecido en un país del Viejo Continente. En 1983 estuvieron más de 100 días sin luz en Suecia afectando a 4,5 millones de usuarios; en Luxemburgo, en 2004, 66 días; o en Italia, cuando en 2003 56 millones de italianos estuvieron casi un día entero sin ningún tipo de energía eléctrica.
La coyuntura actual obliga, además, a tomar precauciones a determinados países. La dependencia que tiene Europa del gas ruso, y de sus precios, hace temer lo peor: que una rabieta de Putin dejara sin suministro de gas a gran parte de centro Europa, dejándola a merced en el frío invernal. Este corte podría, a su vez, provocar una reacción en cadena con una sobredemanda de electricidad generada por otras fuentes (nuclear, hidroeléctrica, eólica...) haciendo caer a todo el sistema.
Dentro de la campaña de concienciación del gobierno austriaco se enmarcan algunas acciones como informar a la sociedad de que deberían tener almacenados determinados víveres para sobrevivir durante, al menos 15 días. También bombonas de gas en casa, velas, baterías, alimentos en conserva y agua potable.
Además, uno de los puntos clave de la estrategia de Austria pasa por sus cuarteles de defensa. Estos lugares quieren que, en caso de apagón, sean sitios neurálgicos donde dar cobijo a la población y también a los servicios de emergencia. Para ello van a hacerlos energéticamente autosuficientes para que no dependan de la red general de energía en caso de apagón.