514 edificaciones destruidas y 232,2 hectáreas de coladas de lava es el balance que, hasta la última medición oficial en la tarde del domingo había dejado el nuevo volcán de Cumbre Vieja, en La Palma. Con todo ese terreno invadido por la lava, le hemos preguntado al Colegio de Registradores de España de quién es realmente todo ese material que expulsa el volcán. La clave: depende del lugar en el que se quede finalmente y, sobre todo, lo que vaya a pasar después.
La primera de las incógnitas es lo que ocurre con los terrenos donde estaban las casas que ha ocupado la colada. "Sigue siendo tuyo", nos dice el portavoz del Colegio de Registradores, José Miguel Tabarés. "Lo que pasa es que el uso que tenía antes se ha vuelto imposible, por eso se ha comentado que se podrá hacer algún tipo de reserva medioambiental y el Gobierno adquiere esos terrenos para protegerlos, pero por el simple hecho de la erupción no se pierde la propiedad".
"Vemos la lava como algo que sale de la montaña y fluye, pero una vez que se asienta es una roca, y como toda roca no altera la propiedad del terreno", comenta.
Según Tabarés, "cuando se produce un aumento de una finca como consecuencia de algún tipo de catástrofe natural como esta, el propietario del terreno aumenta su extensión, pero esto ya es dominio público. Es decir, el propietario sería el Estado. Si llega al mar también se puede producir una distancia de la tierra con el mar y cambian los usos de algunas parcelas, de tal modo que si antes no se podía construir por la Ley de Costas, ahora ya sí".
Por el momento, y con el volcán escupiendo lava a borbotones, la colada se dirige directa hacia el mar y no se descarta que llegue en las próximas horas. Un aporte continuado podría acarrear la generación de nuevos territorios, y esto podría tener afectaciones paralelas. "Es posible que la erupción amplíe el tamaño de la isla y al tener más tierra, las fincas colindantes por este nuevo espacio no han sido ocupadas por la lava y puede haber cambios en esos terrenos porque retroceda la línea del mar", comenta Tabarés.
El Colegio de Registradores de España ha puesto a disposición de los afectados una herramienta gratuita para que puedan obtener los documentos de sus registros y poder presentar la documentación a las ayudas que se están preparando. "Lo que podemos hacer los registradores está con las propiedades que están inscritas en el registro, si no no podemos hacer nada; además, debería ayudarse también a las personas que no tienen seguro contratado, por ejemplo, que son las que no van a recibir compensación por parte del Consorcio de Seguros", explica Tabarés. Ante esto, "el Gobierno de Canarias tiene que hacer un decreto ley porque es necesario regular esto, los importes de las ayudas, la forma de las mismas, si puede haber algún supuesto de permuta de propiedades, etc."
Por último, también le preguntamos a Tabarés sobre esas casas que vemos desde los drones que han quedado en islas rodeadas por la lava. ¿Qué clase de ayuda podrán tener?: "Espero que el decreto ley lo regule, porque hay casas que no están arrasadas por la lava, pero se han quedado en un punto inaccesible porque no hay forma de llegar por ella, la lava tardará un tiempo hasta que se pueda transitar por ella, los suministros quedan afectados... para mí es un supuesto muy próximo al que le han destruido la vivienda con el matiz de que en un determinado número de años pueda acceder a ella".