¿Has notado que la velocidad de internet en tu casa es más lenta de lo habitual este verano? ¿Te has quedado sin conexión más veces de lo normal? La culpa hay que achacársela a las altas temperaturas que hemos padecido durante estas semanas. Es una realidad que el calor afecta al buen funcionamiento del Wi-Fi, ya que sus componentes están diseñados para funcionar de forma óptima en un rango de temperatura determinada y sufren cuando se sobrepasa.
Esto no quiere esto decir que el router deje de funcionar directamente si hace mucho calor, pero sí puede afectar al rendimiento. “Puede ocurrir que simplemente notes una pérdida de velocidad y de rendimiento, incluso puede ser casi imperceptible, pero también podría ocurrir que notes cortes continuos o que te quedes sin conexión de vez en cuando y tengas que apagar el aparato", comentan desde ANOVO, compañía de servicio postventa en tecnología.
¿Te va mal el WiFi de casa? Puede que sea culpa (indirecta) de tus vecinos
Normalmente unos días de calor no van a afecta a largo plazo al funcionamiento del router, más allá del peor rendimiento que va a dar en ese momento, pero si el aparato está expuesto a altas temperaturas de manera continua y permanente podría llegar a afectar a los componentes y acortar sustancialmente su vida útil.
Cómo evitar el sobrecalentamiento del router
Hay varias pautas que podemos seguir para que una ola de calor afecte lo menos posible a nuestra conexión, ni a los componentes del router a largo plazo.
Suficiente ventilación: Conviene tener el equipo instalado en un sitio bien ventilado, sin objetos a su alrededor ( (unos 15-20 cm libres por cada lado) que limiten la convección del aire caliente saliente del router. “Es importante que esté lo más lejos posible de estas fuentes de calor que pueden afectar especialmente en los meses de verano, cuando la temperatura es mayor”, señalan desde ANOVO. Nunca debes colocar el router cerca de una ventana donde reciba luz directa del sol. Eso puede afectar mucho a los componentes y poner en serio peligro el buen funcionamiento. Siempre debe estar en una zona lo más fresca posible para que no surjan problemas de este tipo.
No colocar nada encima: Es importante que esté en una zona aislada de otros dispositivos electrónicos que puedan desprender calor y no colocar nada encima, ni tampoco a los lados. Ni siquiera el sintonizador de los canales de televisión de la operadora de turno, ya que estos aparatos van a desprender calor y eso va a hacer que se sobrecaliente más, con lo que ello conlleva. Tampoco conviene tenerlo embutido en un mueble o estantería porque se acumulará más calor.
Usar un ventilador externo: es uno de los mejores sistemas para refrigerar nuestro router. Puedes optar por un modelo USB que vaya a un puerto en el propio equipo o a una toma de corriente. No hace falta que esté encendido todo el día, pero puedes conectarlo en las horas centrales o cuando vayamos a hacer un uso intensivo de la conexión.
Colocación idónea: Puede que el router no se encuentre adecuadamente situado en el alojamiento vacacional. Lo ideal es colocarlo en algún lugar céntrico y un poco elevado, como una mesa o un armario. Si tiene antenas externas, pueden orientarse hacia diferentes ángulos o hacia donde haya más necesidad de conexión. El uso de un repetidor wifi puede ser muy útil para hacer llegar la señal a todas las estancias de la casa.