Baterías que no duran, lentitud a la hora de navegar, exceso de fotos y documentos… al final nos vemos obligados a cambiar de móvil o simplemente nos vuelve locos el avance tecnológico y nos gusta disfrutar del último modelo. El resultado: un buen numero de móviles viejos, estropeados u obsoletos rodando por casa sin que sepamos muy bien cuál debe ser su futuro. En Uppers los destinamos a diversos usos así que vamos a explicar nuestras propuestas sobre qué se puede hacer con los móviles viejos.
La primera recomendación es que de ninguna manera se debe tirar un móvil a la basura por la alta contaminación que genera en el medio ambiente. La mayoría de sus componentes no son biodegradables o tardarían cientos de años en degradarse. Es el caso de la batería o el circuito electrónico. Como datos básicos, el 50% de las piezas de un móvil es plástico, un 15% es vidrio y otro 25% son metales aprovechables y valiosos como el hierro, la plata, el cobre, el oro o el coltán, un metal escaso que soporta cargas eléctricas elevadas. Claramente son materiales relevantes que no se deben desperdiciar.
Por tanto, hay tres opciones: llevar a cabo nuestras propuestas en cuanto a qué hacer con el móvil viejo; reciclarlo en un punto limpio, en un establecimiento especializado en telefonía o en los contenedores específicos que colocan los centros comerciales; o donarlo a una organización sin ánimo de lucro donde los beneficios del reciclaje de sus componentes se destinan a causas humanitarias.
Estas son nuestras vinco cinco soluciones para un móvil viejo:
Dependiendo del modelo hay tiendas de segunda mano que compran las unidades usadas, aplicaciones de venta entre particulares y otras entidades que desmontan el terminal para vender sus componentes y materiales.
Aquel móvil que ya no se usa y tiene una cámara trasera con una mínima calidad se puede adaptar y utilizar como cámara de videovigilancia. Será necesario instalar en el dispositivo nuevo una app específica y realizar determinadas configuraciones. A través de la cámara del móvil viejo se puede ver en directo en la unidad nueva lo que necesitemos o grabarlo.
Eso sí, tendrá que tener acceso a la red wifi y estar enchufado a la red eléctrica de modo que no se quede sin batería. Sirve para controlar la vivienda cuando no estamos en casa o instalando otras app específicas lo convierte en un vigila bebé que manda una alerta si llora o detecta movimiento. Incluso convierte el móvil viejo en un receptor para hablar a distancia al bebé o ponerle música. También disponen de avisos de señal débil de internet o batería baja.
Es una solución estupenda para dejar el móvil nuevo en el salón y dormir a pierna suelta sin estar pendiente de las notificaciones del mail o de las redes sociales. El móvil viejo queda como despertador únicamente con la programación de las alarmas correspondientes.
Los altavoces inteligentes cada día se usan más en casa porque nos solucionan y agilizan muchas tareas como saber el tiempo, la ruta más rápida para llegar a un destino, reservar cita en la peluquería o en un restaurante... Aunque la unidad que queramos desechar debe ser un smartphone compatible con Google Assistant o un Android Marshmallow en adelante, además de contar con 1,5 GB de espacio libre y con una pantalla con una resolución de 720 píxeles. Aparte es necesario un altavoz y descargar una app en el móvil antiguo y que ambos estén conectados continuamente.
La condición para emplear el móvil viejo como mando de televisión es necesario que disponga de un sistema infrarrojos como condición. A continuación, solo hay que instalar una aplicación de las muchas que ya existen con esta finalidad.