Whatsapp es la red social más utilizada en España entre los mayores de 45 años, así que no es de extrañar que los ciberdelincuentes la tengan en el punto de mira e intenten aprovecharse de ella para hacerse con nuestros datos personales, credenciales bancarias e incluso dinero en efectivo. Algunos engaños son ya clásicos en esta aplicación de mensajería instantánea y otros son nuevas variaciones de trucos antiguos. Es el caso de un intento de estafa denunciado en La Rioja este fin de semana.
En este timo la víctima, la mayoría mujeres, recibe un mensaje a través de WhatsApp de su supuesto hijo. Todo comienza con un "Mamá! Mi móvil se ha estropeado, este es mi nuevo número". Es el momento clave del truco pues de que sea capaz de ganarse la confianza de la víctima depende su éxito. Por ello, sus autores dicen no poder recibir llamadas en ese momento para evitar ser descubiertos.
Una vez que han conseguido convencer a la víctima de que quien manda los mensajes es realmente su hijo viene la segunda parte: "Tengo que pagar una cosa y no tengo la tarjeta a mano. ¿Me puedes hacer una transferencia y te lo devuelvo cuando tenga la tarjeta?". El presunto hijo facilita los datos de la cuenta a la que hay que transferir el dinero. Se están pidiendo cantidades entre los 300 y los 2.000 euros. El diálogo se desarrolla en poco más de 15 minutos, y es esa inmediatez de todo el proceso es lo que facilita que se produzca la estafa.
Cuando las víctimas finalmente consiguen hablar con sus verdaderos hijos no hay vuelta atrás y no es posible cancelar la transferencia. En caso de recibir un mensaje de este tipo, la recomendación de la Policía Nacional a las madres es que mantengan la calma y que, antes de realizar algún pago, se aseguren de que la persona que les está contactando es realmente su hijo o su hija.
Otro timo, que no tiene nada que ver con las estafas habituales en las que los atacantes envían un enlace para robar los datos personales, se realiza a través de las llamadas de Whatsapp.
Los ciberdelincuentes realizan una llamada a través de la aplicación a una persona. Si el afectado contesta, se hacen pasar por personal de control de calidad de Whatsapp e incluso una empresa de publicidad. En su discurso, piden al usuario que marque un código.
Hay que evitar marcar ese código, puesto que al introducir ese número el usuario pierde el control total de su cuenta, que pasa a manos de los atacantes. Cuando los delincuentes poseen la cuenta del afectado, proceden a pedir dinero a todos los contactos e incluso exigen una cantidad para devolver a la persona su perfil.