El teletexto y sus 2 millones de espectadores: por qué el 'Internet de los mayores' se resiste a desaparecer
Se trata de un servicio de información cómodo, sencillo, actualizado y fácilmente accesible desde hace cuatro décadas
Su público está compuesto por gente mayor, pero que tiene muy integrado el hábito de usarlo para mantenerse informado
España, Italia y Alemania son los únicos países de Europa en los que el servicio aún sigue activo
Muchos jóvenes ni lo conocen ni han oído hablar nunca de ello. Otros, la mayoría, se sorprenden de que aún exista. Pero el teletexto, aquel completo servicio de información que de un vistazo te mantenía perfectamente al tanto de todo lo que pasaba en el mundo usando el mando a distancia del televisor, aún sigue activo. Incluso a pesar de que Google lo dejó obsoleto hace mucho tiempo. De hecho, se estima que cerca de dos millones de españoles conservan la rutina de informarse a través de él diariamente, según datos de un estudio de TVE.
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Consultar los resultados de sorteos, las competiciones deportivas, el tiempo, el estado del tráfico, el horóscopo o la programación televisiva sigue siendo el uso más habituales del teletexto, según destacan fuentes de Mediaset y Atresmedia. Pero ¿por qué continúa siendo 'el internet' de confianza de tanta gente?
¿Por qué se sigue utilizando?
En primer lugar, porque todavía está disponible en el 99,3% de los hogares españoles, de modo que resulta muy sencillo acceder a él. Y en segundo lugar, por un simple factor generacional: su público puede ser mayor, pero tiene el hábito muy integrado. Hay mucha gente que lo consulta desde siempre y no ha perdido la costumbre, bien por una cuestión de nostalgia, bien por una cuestión práctica. En el teletexto todo está muy resumido y actualizado constantemente.
"Una pasada por los menús de nacional, internacional y deportes me permite estar informado de los principales titulares del día sin necesidad de ir al ordenador o mirar el móvil", nos dice Enrique, jubilado de 67 años. Porque esa es otra de las virtudes del formato en un momento en el que la información viene servida muchas veces mezclada con opinión. El tono seco y directo de las noticias del teletexto, importado directamente de las agencias de noticias, carece de aparente sesgo ideológico o un enfoque predeterminado. "No sientes que te están aleccionando, como sí ocurre en muchos programas de televisión", agrega Enrique.
Un encantador diseño vintage
Más razones para seguir amando el teletexto: su emblemático y limitado diseño, que desde sus orígenes supo hacer de la necesidad virtud, para muchos tiene un encanto vintage incomparable que se ha mantenido inalterable con el paso del tiempo. Sus escasos 24 renglones de 40 caracteres y una sucinta paleta de 8 colores nunca dieron para muchas florituras, pero sí para exhibir un diseño kitsch pixelado y una estética tan simple como llamativa.
Un poco de historia
El teletexto llegó a España el 16 de mayo de 1988, con emisiones en pruebas ya durante el Mundial de 1982. Era una invención del diseñador británico John Adams para la BBC, televisión pionera en incorporarlo, en 1972, y que lo retiró en 2012. Surgió como una herramienta complementaria a los programas de TV que, mediante un sistema de navegación numérico, proporcionaba datos y noticias en tiempo real.
En su mejor momento, a finales de los 90 y principios de los 2000, se convirtió en un canal de información fundamental para muchas personas, sobre todo en lo relativo a la inversión en bolsa, el tiempo, el tráfico o la programación de cada cadena, llegando a rivalizar con la prensa escrita. Más de 10 millones de personas decían utilizarlo.
Un sistema aún activo, ¿por cuánto tiempo?
Por entonces, nutridas redacciones de periodistas se encargaban de alimentarle de contenidos constantemente, pero hoy casi todo se vuelca de manera automática desde distintas fuentes, como agencias de noticias o bases de datos de resultados deportivos o bursátiles. Paradójicamente ahí reside otro de los secretos de su longevidad: con las plantillas dedicadas al teletexto cada vez más reducidas y los procesos cada vez automatizados, puede seguir siendo rentable, gracias a la mínima inversión publicitaria que todavía hoy se mantiene.
Hay que destacar, además, que este sistema ofrece un servicio esencial para las personas sordas, y desde sus inicios ha permitido subtitular programas, series y películas. Si bien, hoy con la aparición de nuevas aplicaciones que facilitan la accesibilidad para las personas sordas, ya no es la única alternativa.
Pese a todo, hay que apuntar que España, Alemania e Italia son los únicos países de Europa en los que este sistema sigue todavía activo. ¿Por cuánto tiempo? No se sabe. El teletexto lleva muchos años con la espada de Damocles sobre la cabeza, aproximadamente desde que Internet se hizo imprescindible en nuestras vidas. Pero mientras haya un público fiel, no hay fecha establecida para su desaparición.