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La irrupción de ChatGPT y la inteligencia artificial (IA) en el ámbito de la educación está abriendo un cisma en los sistemas escolares y las universidades. Desde el primer momento, muchos profesores han puesto más el foco en las posibilidades de trampa que podía generar la tecnología aplicada a la realización de tareas escolares, trabajos y exámenes que en la necesidad de reconfigurar los estilos de aprendizaje y las labores pedagógicas en las aulas.
Hemos pasado de la introducción de manera generalizada del ordenador en los centros educativos a desconfiar de su mala utilización, olvidando quizás que la tecnología es el medio y no el fin, que en este caso es educar. La solución debería pasar por integrar esa tecnología con responsabilidad, ética y sentido común.
En ese sentido, el doctor Christopher Willard, consultor y académico de la facultad de medicina de Harvard, lo plantea así en una entrevista en Las Últimas Noticias: "Hace 10 o 15 años los colegios decían 'vamos a conseguir más computadoras en las aulas'. Y ahora, por el abuso de pantallas, las escuelas de élite anuncian que volverán al lápiz y papel y eliminarán los ordenadores. Es interesante ver cómo cambian las tendencias con el tiempo".
Willard, especialista en el movimiento Mindfulness que propone la amabilidad y la compasión como instrumentos de autocuidado, cuenta que tiene dos hijos, una niña de cinco años y un niño de ocho, y ninguno usa las redes sociales. Y abunda en el papel que juega la escuela en el bienestar emocional de niños y adolescentes: "Cada vez más en todo el mundo, en las escuelas y en otros lugares, están prohibiendo teléfonos y pantallas. Sé que puede parecer extremo, pero lo que pasa es que se han dado cuenta de que los niños están realmente más felices (sin ellas). Hablan más entre ellos, hay menos acoso escolar, estudian más duro y aprenden más".
Lo cierto es que el 63% de los niños entre nueve y 16 años dispone de un teléfono móvil, y el 91% de los niños de esa edad ya tiene un perfil en redes sociales. ¿Cómo 'desengancharles' o al menos conseguir que reduzcan el uso de dispositivos electrónicos? Para el académico es importante "tener momentos y lugares establecidos para usarlos. Guardarlos al cenar, tal vez antes de acostarnos... También es importante que los adultos seamos un modelo a seguir de cómo establecer límites con nuestros dispositivos".
La tarea es más complicada cuando la mayoría de los ídolos de niños y adolescentes son youtubers o la mayor parte de sus intereses están en Internet. "Nuestra vida social debe ser una dieta equilibrada que incluya redes sociales, pero también contactos en persona en la vida real", receta Willard.
Además, apunta hacia dónde debería dirigirse el modelo educacional en un mundo en el que los estudiantes "no necesitan memorizar nada si pueden buscarlo en Google, o pueden usar calculadoras e inteligencia artificial para escribir sus trabajos". El objetivo debería ser potenciar "el pensamiento crítico y el análisis". "Es muy importante que les enseñemos realmente cómo pensar y cómo estar en este mundo de una manera diferente", concluye.