La aplicación de rastreo de contactos 'Radar COVID' ya está disponible para su descarga. Será fundamental, cuando las Comunidades Autónomas decidan implementarla, para controlar mejor los rebrotes. Sin embargo, existen dudas sobre si "espiará" nuestros pasos o "controlará" nuestros movimientos. Hemos comparado los permisos que se le otorgan a esta app respecto a otras tan populares y que seguro tienes en el móvil como Facebook, Instagram, Twitter o WhatsApp.
Cuando te instalas la aplicación (aquí para Android y aquí para iOS) tienes que aceptar unas determinadas condiciones y permisos que harán que la app funcione. En este caso, sobre todo es fundamental que tengas activado el bluetooth y tengas acceso a internet. También te pide que el teléfono no entre en modo suspensión, ya que se desactivaría el bluetooth. Y hasta ahí. No te pide más permisos*.
*En Android pide acceso a la ubicación por una cuestión técnica, pero no guarda los datos.
La aplicación ha sido diseñada para mantener el anonimato de sus usuarios. Por ello no recoge datos personales. A través de unos códigos generados por la aplicación y que se comparten por bluetooth con otros teléfonos que también tengan la app instalada y el bluetooth activado, Radar COVID es capaz de discernir si has estado en contacto con una persona con COVID positivo.
Para ello, esa persona tiene que introducir un código en la aplicación. Ese código se le facilitará su servicio autonómico de salud donde le hayan hecho la prueba PCR y su introducción en la app es voluntaria. Una vez el sistema verifica que ese código es real, el sistema es capaz de identificar a los teléfonos móviles que han estado cerca de la persona positiva por COVID en los últimos 14 días, a menos de dos metros y más de 15 minutos.
Sin embargo, hasta que los servicios autonómicos de salud no terminen de integrar la generación de esos códigos para los positivos por la enfermedad, la aplicación no servirá de mucho. Se calcula que para mediados de septiembre podría estar operativa en la mayoría de las comunidades autónomas. Por ahora solo queda esperar e ir descargándola.
¿Quién no usa WhatsApp hoy en día? En España, la app cuenta con 30,5 millones de usuarios, y el 30% son mayores de 45 años, según los datos de Statista. Sin embargo, al instalarla posiblemente ni nos hemos dado cuenta de todos los permisos que, de manera indirecta, estamos cediendo a la aplicación de mensajería instantánea, como tener acceso al registro de llamadas de nuestro teléfono.
Algunos de esos permisos tienen que ver con su uso, como el acceso a la libreta de contactos o el acceso al micrófono para grabar audios y enviarlos, pero otros tienen difícil explicación como "controlar la vibración", "responder llamadas" o "acceder a la ubicación aproximada y exacta en primer plano". La pregunta es: ¿Siempre que se abre la aplicación aunque no se usen los servicios de localización? Pero, como es una app que es "necesaria" para nuestro día a día, ni nos planteamos no darle ese tipo de permisos a WhatsApp.
Si te preocupan los permisos que le has dado a Radar COVID a pesar de que es una aplicación que está destinada a proteger tu salud y la de los que te rodean, prepárate para conocer los que le otorgas a Facebook.
Al instalar la app de la compañía de Mark Zuckerberg le estás dando permiso para acceder a tus contactos, a tu ubicación aproximada y exacta, grabar sonido directamente desde el micrófono, descargar archivos sin notificación o ver las conexiones Wi-Fi que tiene a su alrededor. También, a diferencia de otras apps del ecosistema de Facebook, puede acceder al calendario de tu móvil para sincronizar los eventos creados a través de la aplicación.
La red social de fotografías propiedad de Facebook y que también usarás frecuentemente también puede escuchar lo que dices mientras hablas con otra persona, al haberla otorgado permiso para utilizar el micrófono. Por ello, por ejemplo, no es de extrañar que te aparezca publicidad en el timeline sobre un tema que, casualmente, habías estado hablando en una conversación privada poco antes.
Además de los permisos que cedes a la aplicación respecto a tu teléfono móvil, también hay que tener en cuenta las condiciones de uso que aceptas cuando lo instalas por primera vez. Pasando por el aro les autorizas, por ejemplo, a utilizar las fotografías y vídeos que subes a la red social para poderlas utilizar con sus propios fines publicitarios. No te extrañes si ves alguna de tus instantáneas de las vacaciones en un anuncio de Instagram. Y, sin embargo, no nos hacemos las mismas preguntas de "sospecha" que nos hacemos con Radar COVID.
Aunque la aplicación de la red social del pajarito azul no esté dentro de las empresas de Facebook, los permisos que se le dan para poderla utilizar son muy similares. La única diferencia plausible es que Twitter no pide acceso a tu bluetooth, ni a tu calendario ni al registro de llamadas del terminal. Sin embargo, sí que le das permiso también para poder utilizar tu micrófono, hacer fotografías, grabar vídeos o acceder a tu ubicación cada vez que abres la aplicación.