Si tu último recuerdo sobre videojuegos es el Super Mario, parece que va llegando el momento de actualizarte si quieres estar a la altura de tu hijo. Muchos padres ven en esas “maquinitas”, como muchos llaman, unos enemigos, pero un buen uso de las consolas pueden ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar capacidades como la concentración o la creatividad que con otras no surgirían. Todo es cuestión de imponer unas normas de uso desde un principio y controlar un poco a lo que juegan para que no les sea perjudicial y en cambio sea beneficioso para ese desarrollo de nuevas habilidades.
PlayStation, Xbox o Nintendo Switch. Seguro que sin querer estás algo puesto en el mundo de los videojuegos por tu hijo o lo que comentan otros padres. Hay juegos de todo tipo y adaptados para todas las edades, así que ese pequeño conocimiento debes ponerlo en práctica cuando decides regalarle algo. Es más, seguro que ahora que el mando de la consola se ha convertido en el gran entretenimiento de los más pequeños durante la cuarentena, los videojuegos han empezado a llamarte la atención más de lo que creías y hasta tú mismo te quedas embobado mirando a la pantalla. Puede que sea el momento de sacar tu lado más gamer, ¿no crees?
En muchos hogares los videojuegos se convierten en un conflicto por las horas que el niño pasa jugando, o utilizándolo como castigo cuando hace algo mal. Pero las consolas, más que un enemigo, se pueden volver un aliado muy fuerte en casa que sirva como punto de unión entre las dos generaciones, en lugar de alejar a los hijos de los padres. No te decimos que seas el más experto y que sepas de absolutamente todos los juegos, pero desde que te involucres un poco, seguro que descubres alguno de ellos que te llama la atención.
A partir de ahí solo queda interesarte, pregúntale de qué va, cómo se juega, cuál es el objetivo final, etc. Cuando menos te lo esperes tendrás el mando en la mano mientras tu hijo te da indicaciones de lo que debes hacer, ¿quién te lo iba a decir? Sin darte cuenta has encontrado una afición que compartes con los más pequeños que te permite pasar tiempo con ellos, que os une aún más y estrecha los vínculos familiares que un futuro serán un recuerdo precioso para ambos.
El tiempo que pasas con los niños jugando te permite tener más conocimientos sobre el sector, saber si un videojuego es adecuado para ellos o incluso te apetecerá ir a la tienda con él para comprar el próximo juego que se pasarán juntos. Además, tras haber echado unas partidas con él unas cuantas tardes, te darás cuenta de los beneficios que pueden tener sobre su comportamiento o sus actitudes.
Si juegan en pareja van a tener que cooperar para conseguir ese objetivo común que les llevará a la victoria del juego, por lo que es el momento ideal para que entienda la importancia que tiene el trabajo en equipo, escuchar al otro y no hacer las cosas de forma individual. Y lo mismo con el esfuerzo, pasarse un juego a la primera es muy complicado, la mayoría de veces se requiere de cientos de intentos para pasar a un nuevo nivel, por lo que puede ayudarle a entender como el esfuerzo, la constancia y el analizar en qué se falla para que no salga algo bien es necesario para conseguir los objetivos que te marcas.
Además, no solo están aprendiendo ellos. No te has dado cuenta, pero en el pequeño de la casa has encontrado un profesor que te explica lo que tienes que hacer, qué botón apretar o cuál es la mejor estrategia. Él es el experto en este ámbito, así que déjale que te enseñe y sienta que también es capaz de explicar cosas interesantes a los mayores.
En ese mundo virtual dominado ahora mismo por sacar tu isla adelante en el Animal Crossing, ser el último superviviente en el Fortnite, o ganar todas las carreras posibles en el Mario Kart se esconde un mundo lleno de videojuegos con sus propias historias, mucho más profundas de lo que crees y que pueden ayudar a tu hijo a desarrollar nuevas habilidades o conocimientos. Un mundo que puede acercarte a tus hijos en vez de alejarte de ellos mientras sacas tu lado más gamer en pleno confinamiento y pasas tiempo con ellos. Sin duda, hay que darle la vuelta a la situación para potenciar los beneficios de los videojuegos, y en eso los padres tienen un papel fundamental.