Desde que empezó el estado de alarma hemos visto cómo gradualmente se han ido perfilando las medidas y la toma de precauciones. A mediados de abril, el gobierno difundía una nueva guía de recomendaciones entre la que destacaba una medida específica para los zapatos: dejarlos cerca de la puerta al entrar a casa.
Un mes antes y a causa de una serie de informaciones y bulos que habían circulado en redes sociales generando alerta sobre la persistencia del virus en el asfalto y en los zapatos, las indicaciones eran contrarias. Entonces Fernando Simón comentó en su comparecencia del 16 de marzo:"No es necesario dejar los zapatos fuera de casa para nada". Ahora que sí se recomienda oficialmente por parte de las autoridades sanitarias tomar esta precaución y que con la posibilidad de salida de los niños, recogemos algunas claves sobre qué hacer (y qué no) con los zapatos al volver de la calle.
Son varios los estudios que ya en la era precoronavirus advertían de la cantidad de virus y bacterias que pueden adherirse a los suelas de los zapatos. Respecto al coronavirus, su forma de llegar al suelo sería, como explica la periodista Tara Parker-Pope en The New York Times a partir de las declaraciones de diferentes expertos en enfermedades infecciosas, aerosol y microbiólogos: "Cuando una persona infectada estornuda o tose puede lanzar gotitas virales y partículas más pequeñas por el aire, la mayor parte de ellas caerán al suelo".
Recientemente un estudio -aún por supervisar y publicar oficialmente- realizado a personal sanitario trabajando en UCI de diferentes hospitales de China por Centers for Disease Control and Prevention apuntaba que la mitad de estos albergaban coronavirus en sus suelas; una mayor concurrencia que estaría justificada por su exposición al virus en los hospitales y que con mayor dificultad podría darse tras dar un paseo por la acera. El estudio no determina qué cantidad de tiempo permanece el virus sobre esta y otras superficies.
No obstante, que el virus pueda adherirse a la suela del zapatos no significa que esta sea una vía potencialmente infecciosa per se; dependerá de qué hagamos con el calzado al llegar a casa y si entramos o no en contacto directo con él. Por ello, dejarlos fuera evitando que las suelas toques otras superficies o a nosotros mismos es la principal medida de prevención.
Aunque el gobierno no ha propuesto ninguna medida específica para la ciudadanía en general respecto a la desinfección de zapatos, aquí algunas medidas que sí se están siguiendo en algunos centros sanitarios o residencias.
· Mete los zapatos en la lavadora (si son aptos para ello). Hazlo mejor con guantes para evitar el contacto directo de estos con tus manos, sin nada más en el tambor y a una temperatura tan alta como admitan para no deteriorarse.
· Una bandeja o recipiente con algún líquido desinfectante. La mejor manera de hacerlo para evitar contacto directo con ninguna parte del cuerpo (especialmente las manos), o que salpique, es preparar una bandeja, recipiente o alfombrilla con una pequeña capa de líquido desinfectante, como lejía, sobre la que dejarlo reposar nada más entrar en casa. En algunos centros usan la versión profesional de estas, que requiere un cuidado específico. Para probar una versión casera es fundamental asegurarse que no suponga un riesgo para ninguna persona o mascota dentro del hogar.
· El problema de las toallitas desinfectantes. A pesar de que estas puedan presentarse como la opción predilecta, conviene recordar que precisamente el contacto directo con las manos -que nos debemos lavar constantemente- puede ser la perfecta vía de transporte para el virus. ¿Cómo podemos usarlas? Con guantes, mucha precaución y desechándolas inmediatamente.