Enciendes el ordenador, te pones a trabajar y aparece una pestaña en la esquina inferior derecha con el logo rojo. Es tu antivirus, McAfee, avisándote de que todo está en orden y no existe ninguna amenaza para tu ordenador. Es paradójico, sin embargo, que la amenaza sea el propio John McAfee, el creador del antivirus. Este excéntrico millonario británico ha sido hallado muerto en la prisión Brians 2, en Sant Esteve de Sesrovires, Barcelona, antes de que fuera extraditado a Estados Unidos por evasión de impuestos. En nuestro país, fue detenido en el aeropuerto de El Prat de Barcelona, cuando se disponía a coger un vuelo hacia Estambul, Turquía. Sin embargo, su persona entraña muchos misterios. ¿Quién es McAfee? ¿De qué se le acusa? ¿Qué ha estado haciendo en los últimos años?
Nació en una base estadounidense en territorio británico en el 1945 y su infancia fue difícil. Tuvo que enfrentarse al suicidio de su padre, una persona alcohólica y muy agresiva, cuando tenía 15 años. Estudió matemáticas y desde muy joven comenzó a trabajar para empresas tecnológicas como la NASA, Siemens o Xeroc. Antes ya empezó a traficar a pequeña escala con cocaína en la universidad, y tomar algunas drogas. Aunque el punto clave de su carrera comenzó en la década de los 80, cuando consiguió un trabajo en Lockheed Martin, una compañía de industria aeroespacial, y descubrió las posibilidades que ofrecían los virus informáticos. Dejó el trabajo a finales de la década de los 80 para emprender su propio negocio.
Tras dejar Lockheed Martin fundó McAfee Associates, una empresa de software de seguridad informática. Allí comenzó a ofertar sus servicios de antivirus a los usuarios de forma gratuita. Al poco tiempo y visto el éxito de su creación, su empresa de antivirus salió a bolsa a través de una oferta pública de venta y comenzó a cotizar en Wall Street. En la primera mitad de la década de los 90, McAfee vendió la compañía y se retiró del negocio con una fortuna que en su día se cifró en 100 millones de dólares.
Antes de que comenzase a trabajar para empresas tecnológicas, el magnate comenzó a tontear con algunas drogas. En 2008, después de haber pasado un tiempo trabajando en distintos países del globo (entre ellos México, donde estuvo un año recorriendo el país y vendiendo droga) aterrizó en Belice, un pequeño país centroamericano. Allí pasó varios años de su vida hasta que dos sucesos aceleraron su partida del país: la redada de la policía en su casa fronteriza con México en busca de drogas y el asesinato de su vecino con un tiro en la cabeza en noviembre de 2012.
Entonces huyó de Belice y se refugió en Guatemala, donde finalmente le acabarían deportando a Estados Unidos. La justicia norteamericana le dejó en libertad y estuvo allí hasta 2019, cuando volvió a huir.
Después de su marcha de Estados Unidos, pasó unos meses en Cuba y República Dominicana. Allí fue arrestado por las autoridades dominicanas por portar armas a bordo de su barco. Finalmente, volvió a ser puesto en libertad y terminó por huir del continente americano. Su detención en España se debe a una orden de la Interpol de búsqueda y captura para extradición inmediata a Estados Unidos por un delito de estafa, al no declarar los beneficios de su actividad como consultor y promoviendo criptomonedas. No existen sus datos fiscales entre 2014 y 2018.
A pesar de que sabía que le estaban buscando, McAfee ha ido publicando su vida en redes sociales, en las que se puede ver cómo le ha ido afectando la paranoia. "Uno de los inconvenientes de vivir la vida al límite y huir: tengo 11 teléfonos, cada uno de ellos configurado de manera diferente. Algunos son puramente para desinformar. Todos tienen varias VPN. Llevo tres de ellos conmigo en todo momento. Se vuelve realmente complicado", escribió en 2019.
También se le ha visto en posesión de armas en varias ocasiones, el motivo por el que fue detenido en República Dominicana en 2019.
El polémico magnate, amante de las polémicas y de causar revuelo en las redes sociales, ya había dejado escrito en Twitter un enigmático mensaje tiempo atrás: "Si me cuelgo, a lo Epstein, no será culpa mía". Hacía así referencia al también suicidio del empresario norteamericano Jeffrey Epstein, que estaba en prisión por múltiples delitos sexuales cuando apareció muerto en su celda.