Windows 95 cumple un cuarto de siglo. El primer sistema operativo que 'democratizó' el uso del ordenador con una interfaz simpática e intuitiva supuso un verdadero cambio a la hora de trabajar con los PC y demostró al mundo que los de Bill Gates habían dado un salto cualitativo que los iba a hacer despegar para siempre. 25 años después, repasamos lo que supuso su llegada.
Y es que no fue un lanzamiento al uso. Aquel 24 de agosto de 1995 sonaron fuerte los Rolling Stones y su 'Start me up' sobre el escenario de Microsoft. En la tarima, un siempre desatado Steve Ballmer (excéntrico director ejecutivo de la compañía entre 1981 y 2014) y un Bill Gates que decidió 'soltarse la melena' para bailar al ritmo de los Rolling.
La ocasión lo merecía. Llegaba el botón 'start' (Inicio) por primera vez a un sistema operativo, y los Rolling se habían embolsado entre 8 y 14 millones de dólares por dejar que Microsoft usara su canción tanto en la presentación como en las campañas de publicidad.
Windows 95 sustituyó en gran medida a MS-DOS, la consola de comandos que, hasta entonces, era fundamental e indispensable para trabajar en el ordenador. "La sensación que tuvimos era que Microsoft ya se creía lo que era, que ya había triunfado en el entorno PC. Antes de Windows 95 lo que hacíamos era abrir la ventana del terminal y teclear ahí comandos, pero con Windows 95 esto se terminó porque era un entorno mucho más cerrado, más cuidado estéticamente y se veía que habían tomado consciencia de que no era un simple aventura en el entorno gráfico sino que habían llegado para quedarse", nos dice Enrique Dans, profesor de Innovación y Tecnología en IE Business School.
Con esta irrupción gráfica encima de la mesa, todo adquiría un nuevo cariz: el botón de inicio (con el que se llegaba al final de la sesión), Microsoft Office, la grabadora de CDs o el propio buscaminas, diseñado en 1989 y del que el propio Bill Gates dijo que tuvo que desinstalarlo de su PC porque era tan adictivo que no le dejaba trabajar.
"Era un entorno que te integraba todo mucho más, te daba herramientas de todo tipo", cuenta Dans. "Lo recuerdo como un lanzamiento ambicioso, con los Rolling, como el momento en el que la empresa se da cuenta de la que ha liado".
"Al pasar de Windows 3.1 a Windows 95 veías un refinamiento gráfico, no era una capa que instalas sino que ya arrancabas el ordenador y entrabas en eso, pero el diferencial yo creo que fue el 3.1", explica el profesor. Aquel 3.1, no obstante, aunque ya suponía cierta diferencia importante en relación a MS-DOS, seguía teniendo unos gráficos muy crudos y poco intuitivos para el usuario.
Por el camino hasta el Windows 10 que utilizamos actualmente se han ido perdiendo elementos históricos del software. Por ejemplo, para jugar al mítico buscaminas ahora hay que descargárselo de forma externa porque, desde Windows 8 ya no viene instalado de serie en el software. También murió 'Clippy', el simpático clip de Word al que podías preguntar dudas sobre el programa aunque a veces se perdiera por las ramas y resultara poco útil.
25 años después y en plena era 'mobile', los retos para la compañía, dirigida ahora por Satya Nadella, pasan por "corregir los errores en los que incurrió Steve Ballmer, el tío más torpe que dirigió la compañía, solo con criterios financieros que hicieron a la compañía perder un montón de tendencias", según Enrique Dans.
Entre los retos a los que se enfrentan está uno principal: terminar siendo un producto de código abierto, como ocurre con los buenos productos. "Sin embargo, abrir el código no es solo abrirlo y ya, sino que tienes que dejarlo muy limpio, muy visible para el resto del mundo, porque imagínate que lo abren y se lo encuentran lleno de duplicidades. Piensa cómo de ineficiente llegó a ser el código de Microsoft que en una herramienta como Excel había escondido en el código un simulador de vuelo", explica el profesor.