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Sabemos que lo estás esperando: los nuevos premios IG Nobel (pronunciado en inglés, algo así como 'innoble') que cada año premian las investigaciones más 'exóticas', incluso, para algunos, extravagantes o inútiles.
Aunque puedan parecerlo, muchas de ellas sirven para confirmar o erradicar algunos de los tópicos que también se dan en entornos científicos. Sirven, en suma, para que la ciencia sea más ciencia, y lo hacen desde el humor. No en vano su lema es "Reír y pensar". Con esta adhesión inquebrantable a los IG Nobel, premiados con un billete de 10 trillones de dólares de Zimbabue y una moneda desaparecida en 2015 (premios valorados en 30 céntimos), te mostramos los estudios más insólitos de la edición 2022.
Estamos inmersos en la cultura del esfuerzo. Si no trabajas duro, no alcanzarás tus objetivos. Pues no. Los investigadores Alessandro Pluchino y Andrea Rapisarda son los autores de una investigación que confirma que es la suerte y no el talento el determinante del éxito. Por ello, a veces son los más estúpidos y no los mejor preparados los que obtienen el ascenso social o profesional.
Es la segunda investigación de este equipo que confirma su teoría, por lo que ha vuelto a recibir el mismo galardón en la categoría de Economía. Llevado a sus extremos, el estudio parece animarnos a jugar más a la lotería y a trabajar menos si queremos prosperar en la escala social. Aunque la cuestión que nadie realmente ha logrado averiguar es de qué está hecha la suerte. ¿Y si también hubiera que trabajársela? Lo dejamos ahí para quien se anime a hacer otro estudio.
Un equipo euroamericano ha sido distinguido con el premio de Historia por su trabajo multidisciplinar sobre la inyección ritual de un líquido en el recto en la civilización maya. Los autores se basan en escenas representadas en la cerámica clásica de esta cultura y afirman que "sin duda, los antiguos mayas tomaron enemas intoxicantes en un contexto ritual". El descubrimiento sirve para probar que esta cultura no era solo contemplativa, sino que se también se entregaba a las pasiones.
El estudio también se recrea en las formas de consumo de sustancias tóxicas: no solo por la boca y no solo de alcohol. También empleaban la vía rectal para alcanzar cuanto antes el "éxtasis".
Parece lógico. Si uno no tiene ano, ¿cómo defeca? ¿Y si no puede hacerlo, tiene sentido hablar de estreñimiento? En la naturaleza todo es posible, como muestra el caso de los escorpiones. Estos animales se deshacen de una parte de su cuerpo como estrategia para escapar de los depredadores.
En su huida del enemigo, los escorpiones del género Ananteris llegan a perder los últimos segmentos abdominales, hasta el 25% de su masa corporal, incluido el ano, que no se regenera. La consecuencia es clara: no pueden defecar y terminan muriendo meses después a causa de este trastorno, similar a una obstrucción intestinal entre los humanos. Eso sí, en sus últimos meses, aún pueden encontrar pareja y reproducirse.
Dos equipos de científicos se han reunido para dar respuesta a preguntas esenciales: ¿cuál es el sentido de que los patitos naden en formación? ¿Qué objetivo persigue este desfile acuático? Las respuestas, que pueden consultarse en el estudio publicado por Cambridge, resuelven las dudas.
Al aprovechar la estela creada por la madre, la cría de pato reduce la resistencia de las olas y aprovecha la energía resultante, llamada 'fenómeno destructivo de interferencia', para verse empujada hacia delante. Se trata, en definitiva, de un ahorro significativo de energía. Es decir, se hace camino al andar y facilitamos la tarea de los individuos que siguen la estela. Y esto no solo ocurre entre simpáticas familias de patitos.