Elon Musk no parará: todo lo que cree que está mal en Twitter y va a cambiar

Elon Musk no tiene tiempo que perder tras haber entrado en Twitter dispuesto a dejar huella. A los pocos días de comprar la plataforma del pajarito azul la semana pasada después de meses de culebrón y despedir a sus máximos directivos, el magnate se ha nombrado a sí mismo consejero delegado (CEO) y medita hacer cambios importantes en las cosas que no le gustan de la compañía y que, según él, podrían mejorarse. Los principales, según apunta El Economista, son los siguientes:

Recortes de empleo

Desde que Musk asumió el mando y echó al equipo ejecutivo superior, los empleados de Twitter se preparan para más despidos. El empresario ha pedido a sus directivos listas de empleados en sus equipos de los que también se pueda prescindir. Según una fuente familiarizada con el asunto, en los equipos de producto se exige una reducción del 50% de la plantilla.

Los ingenieros y el personal de nivel directivo de Tesla han revisado las listas de despido, elaboradas y clasificadas en función de las contribuciones  de los individuos al código de Twitter durante su tiempo en la empresa.

Liderazgo

Musk ha ha consultado a poderosos amigos en los que confía para que le ayuden a tomar decisiones importantes sobre hacia dónde llevar el producto. Concretamente, se ha reunido con David Sacks, un capitalista de riesgo y amigo de su época de PayPal; Jason Calacanis, amigo e inversor; y Sriram Krishnan, antiguo ejecutivo de Twitter y actual socio general de la empresa de riesgo Andreessen Horowitz.  El grupo ha estado discutiendo la estrategia de producto de Twitter, aunque se desconoce si alguno de ellos será líder a tiempo completo en la empresa. 

Un posible líder a tiempo completo sería Kayvon Beykpour, el antiguo jefe de producto de Twitter que fue despedido a principios de este año por el anterior consejero delegado, aunque aún no se ha concretado nada.

Reactivar Vine

El magnate está considerando una reactivación de Vine, una aplicación de vídeo de formato corto que fue adquirida por Twitter en 2012 y acuñó varias estrellas de Internet antes de que se desvaneciera y se cerrara. Fue un servicio pionero en la tendencia que ahora domina Tik Tok.

Al parecer, muchos empleados se están ofreciendo como voluntarios para trabajar en el proyecto. Pero traer Vine de vuelta no sería sencillo.  El producto, cerrado en 2016, se basa en un código antiguo que ya no se comunicaría con los sistemas actuales de Twitter, y probablemente tendría que ser reescrito. Además, implicaría otros retos, como la posibilidad de asociarse con los derechos musicales y la necesidad de mejorar las funciones de pago a los creadores.

Cobrar por el sello verificado

 Musk anunció hace unos días que pretendía darle protagonismo a Twitter Blue, y transformarlo en un servicio de suscripción que permitiría subir contenido más largo, una cantidad reducida de anuncios y el sello de verificación en la red social. Para ello, propondría un precio de 20 dólares al mes. Personalidades tan relevantes como Stephen King mostraron abiertamente su descontento, negándose a pagar un extra para conservar el "tick" azul.

Lo curioso es que Musk pareció regatear con Stephen King en Twitter, y le preguntó si sería más justo la franja de los 8 dólares mensuales. Al no responder King, el empresario parece habérselo tomado como un sí, ya que anunciado que la suscripción tendrá un coste de 8 dólares al mes y será necesaria si quieres verificar tu usuario con el check azul.

Algunos críticos del plan advierten de que que si Twitter cobra, es probable que acabe teniendo menos usuarios verificados, lo que crearía un caldo de cultivo para la suplantación de identidad y la desinformación. Además, si la verificación se convierte en algo por lo que pagar -en vez de optar a ella, como figuras públicas o marcas-, la marca azul podría tener menos peso social que en la actualidad.

Moderación de contenidos

La decisión más conocida (y la más polémica) de Musk respecto a Twitter es abogar por la "libertad de expresión", un concepto aparentemente positivo pero que puede tener también un peligroso doble filo. De momento, no está claro cómo piensa hacerlo. Ha dicho públicamente que no tomará decisiones sobre qué usuarios vetados serán restaurados hasta que pueda consultar con un consejo de expertos externos.

Musk quiere revisar la política general de desinformación de Twitter, que penaliza las publicaciones que incluyan falsedades sobre temas como los resultados de las elecciones y o el covid-19. El magnate desea que la política sea más específica, y también ha pedido a su equipo que revise la política de conducta de odio de la red social,  en concreto una sección que dice que los usuarios pueden ser penalizados por "la mala interpretación del género o la denominación de personas transgénero".  En cualquier caso, no está claro si quiere que las políticas se reescriban o que las restricciones se eliminen por completo.