La resaca tras el asalto al Capitolio estadounidense el pasado 6 de enero por parte de seguidores radicales de Donald Trump ha dejado un aluvión de reacciones por parte de personalidades de diferentes ámbitos. Desde la política hasta la música o el cine, las personas que cuentan con cierto estatus social han querido lanzar mensajes, en su mayoría de paz y concordia, para calmar la situación. Uno de ellos ha sido el exgobernador de California y estrella de Hollywood, Arnold Schwarzenegger (73 años), que se ha dirigido a sus compatriotas y el mundo en una suerte de 'discurso a la nación', con las banderas de Estados Unidos y el estado de California a fondo. E incluso ha sacado la espada de Conan, uno de sus personajes más recordados.
El intérprete austríaco, nacionalizado estadounidense y miembro del Partido Republicano, ha cargado contra los asaltantes que entraron por la fuerza al Capitolio, entraron en despachos como el de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y obstaculizaron el proceso de certificación de la victoria de Joe Biden, el candidato demócrata y presidente electo. "La multitud no solo rompió las ventanas del Capitolio, también las ideas que dábamos por hechas. No solo rompieron las puertas del edificio que hospeda la democracia norteamericana, pasaron por encima de los principios en los que nuestra nación fue fundada", valora Schwarzenegger.
Intentando establecer un paralelismo entre su vida personal y las causas de la insurrección, el actor revela un episodio turbulento de su vida que nunca antes había salido a la luz. "Mi padre venía borracho una o dos veces por semana, y gritaba, nos pegaba y asustaba a mi madre. No le responsabilizaba totalmente porque nuestro vecino hacía lo mismo a su familia. Lo escuché con mis orejas y lo vi con mis ojos. Ellos tenían daño físico por la metralla en sus cuerpos y un daño emocional por lo que hicieron o vieron (en la II Guerra Mundial). Todo empezó con mentiras, mentiras, mentiras e intolerancia", relata el actor. "Estando en Europa, vi de primera mano cómo las cosas pueden escapar del control".
Uno de los momentos estelares del discurso tiene lugar cuando Schwartzenegger empuña la espada del rey Conan, personaje ficticio que el intérprete austríaco encarnó en la película 'Conan el Bárbaro' (1982). "Cuanto más templas una espada, más fuerte se vuelve. Cuanto más la golpeas con un martillo, y luego la calientas en el fuego, y luego lo arrojas al agua, y luego lo vuelves a golpear, cuanto más a menudo lo haces, más fuerte se vuelve", explica 'Terminator', antes de comparar la democracia estadounidense con el acero de una espada e instar a la población a trabajar sobre ella (la democracia, no la espada).
Para enfriar el ambiente, Schwartzenegger llama a la población a respetar el resultado electoral y desear buena suerte al presidente electo, Joe Biden. "No importa cuál sea tu afiliación política. Únete a mí diciéndole al presidente electo Biden: "te deseamos un gran éxito como presidente. Si tú triunfas, nuestra nación triunfa".
Para Donald Trump, sin embargo, no ha tenido tan buenas palabras. De él ha dicho que "pasará a la historia como el peor presidente de Estados Unidos" y que buscó "revertir los resultados de una elección justa. "Buscó un golpe de estado engañando a la gente con mentiras. Mi padre y nuestros vecinos también fueron engañados con mentiras y yo sé adonde conducen esas mentiras", dice refiriéndose a los sucesos que relata más arriba.