Correos ha hecho historia lanzando su primer sello con la bandera LGTBI. Un rectángulo de 40,9x28,8 milímetros con la bandera arcoíris y un mensaje: "Pasaje Begoña (Torremolinos). Cuna de los Derechos LGTBI". Un homenaje al colectivo y a su lucha que se materializa apuntando a una localización emblemática que guarda similitudes por los disturbios de trasfondo homófobo y por su posterior resignificación con Stonewell (San Francisco). "El 24 de junio de 1971, una gran redada policial en el Pasaje Begoña supuso un punto de inflexión para el movimiento: multas astronómicas, detenciones, cierre de locales e incluso la deportación de los turistas que allí se encontraban a sus países de origen", recuerdan desde Correos.
Más allá del sello, que entrará en circulación el 15 de junio por un euro, y con motivo del Día internacional del Orgullo LGTBI (28 de junio), Correos ha lanzado una campaña de visibilización a gran escala. Su imagen en redes sociales, buzones, furgonetas y oficinas pintadas con la bandera de seis colores que deriva del diseño original de Gilbert Baker en los 70.
Fue a partir del 27 de noviembre de 1978, con el asesinato de Harvey Milk (primer cargo público estadounidense que se reconocía abiertamente como homosexual), cuando esta bandera se erigió como símbolo definitivo de la comunidad. A lo largo de los años, los miembros del colectivo también la han seguido diversificando, añadiendo colores para defender e incluir diferentes causas, como la lucha antirracista, con las líneas marrón y negra.
Aunque para algunos llega tarde, la campaña por la visibilidad LGTBI de Correos entra en plena carrera de fondo de la entidad por renovarse y dejar atrás una imagen sobria y anticuada que en redes tildan de "casposa". El año pasado relanzaba su diseño con un tema de trap que repetía aquello de "cruz, doble eme, raya, espiral" para contar los cambios -en un formato calcado de los virales que popularizó Christian Flores (Velaske, yo soi guapa?, Fernando TKM)-. Y con una comunicación cercana que se adapta a tiempos en los que su principal servicio, el envío postal, está en horas bajas y toca readaptarse a la mensajería.
No obstante, el lanzamiento del sello sigue teniendo un valor simbólico no solo para los amantes de la filatelia. Sino como declaración de intenciones de una empresa pública que quiere llegar a todos sus ciudadanos.