Hace ya 53 años desde que el mundo entero se paralizó con la llegada del hombre a la Luna. Aquellas imágenes de la misión Apolo 11 siguen dando que hablar con la famosa teoría de que realmente Neil Armstrong nunca pisó nuestro satélite, pero más allá eso, el astronauta aprovechó su viaje para recoger polvo lunar mientras daba aquellos primeros pasos. Ahora, después de tantos años, por fin se podrá subastar ese polvo, es más, será este mismo miércoles 13 de abril cuando se celebre la subasta tras décadas de polémicas. ¿La cifra? Se espera que llegue a un precio astronómico.
Esta subasta es legal, pero lleva años generando polémicas. Sin saber muy bien qué hacer con el polvo, la NASA decidió enviarlo al Centro Espacial Cosmosphere en Kansas para custodiarlo tras analizarlo. Lo que ocurre es que décadas después se descubrió que Max Ary, entonces responsable del centro, vendía y subastaba artículos espaciales, entre ellos una bolsa de ese material lunar.
Esa bolsa llegó a manos de una aficionada a la geología, Nancy Lee Carlson, que pagó 995 dólares por un lote procedente de Kansas que incluía, entre otras cosas, el reposacabezas de un módulo del Apolo o una pequeña bolsa con polvo lunar. La curiosidad la hizo contactar con la NASA en 2015 para confirmar la autenticidad del contenido de la bolsa, así que les envió la muestra. El resultado fue que, efectivamente, el polvo era lunar y la NASA se lo quedó.
La propia NASA está en contra de comercializar con ese tipo de muestras, entre 1969 y 1972 se recogieron miles de ellas con el programa Apolo y, bajo su criterio, son de su propiedad. Carlson denunció y, dado que había logrado hacerse con el polvo de forma legal y bajo una compra oficial, la justicia le dio la razón y tuvieron que devolverle la bolsa con el polvo lunar. Tras ello, la mujer vendió la bolsa por uno 1'8 millones de dólares en 2017 a través de una subasta de Sotheby's.
Lejos de que terminase ahí la historia, se supo que en la bolsa no estaba todo el polvo que inicialmente contenía, la NASA seguía teniendo parte en sus laboratorios, lo que dio lugar a una nueva batalla en la que Carlson volvió a salir vencedora, un lote que es el que ahora se subasta.
El acto tendrá lugar en Nueva York de la mano de Bonhans y, como expone la propia casa de subastas, viene en el "estuche de la NASA" y se estima que tenga un valor de entre 800.000 y 1.200.000 de dólares. Así que ya solo queda esperar y ver en qué cifra termina esta galáctica puja.