Una moneda de un euro es algo común. Por mucho que no lleves efectivo siempre tienes alguna suelta por ahí y, con salir de casa e ir al supermercado, a una cafetería o a cualquier tienda lo más probable es que veas más de una, pero pocas veces nos paramos a analizarlas. Dependiendo de su procedencia en la parte posterior hay un grabado u otro, en el caso de España lo más común es el rostro del rey. Ahora también con la nueva moneda de 30 euros. No obstante, debido a su rareza, las unidades que hay en circulación porque se han fabricado pocas unidades, tienen errores u otras que se lanzaron en celebraciones especiales, estas tienen un valor más alto porque son más difíciles de encontrar y se han convertido en un objeto de coleccionista, tanto como algunas pesetas.
Seguro que has escuchado muchas cosas sobre algunas de las monedas, como la griega que tiene una lechuza. Desde que el euro llegó a nuestras vidas en sustitución de la peseta es complicado ver una de estas monedas, y no precisamente porque sea rara, más bien porque siempre se ha relacionado con la buena suerte, por eso desde que llega a manos de alguien difícilmente se le escapa, a no ser que sea un despiste. Todo esto se debe a la mitología, en Grecia la lechuza es un animal sagrado y la diosa Atenea siempre ha estado relacionada con el animal. En definitiva, su popularidad ha hecho que algunos estén dispuestos a pagar hasta 50 euros por esta moneda de un euro.
Ahora bien, ¿qué hace que una moneda de un euro sea valiosa y un reclamo para los coleccionistas? Principalmente el número de existencias, cuántas se han fabricado, a menor producción, más complicado es hacerse con una. Por ello, las que salieron con algún error suelen ser de las más codiciadas, porque son de las más difíciles de conseguir y son más exclusivas. Eso sí, la moneda tiene que estar en buen estado si quieres que conserve el valor que tiene para muchos.
Hace un tiempo Vortexmag elaboró un listado con las monedas de un euro más raras y que, por tanto, son de las más valiosas, pudiendo multiplicar su valor por 300. En general las más codiciadas pertenecen a países pequeños, principalmente Mónaco y Ciudad del Vaticano. Son países con poca población, así que su producción es mínima, de ahí que llamen tanto la atención a los coleccionistas.
Por ejemplo, por una moneda de un euro de Mónaco del 2007 se llegó a pagar 364 euros, su valor multiplicado por 363. Esto se debe a que en aquella tirada hubo un error, a lo que se suma su poca producción, y no se añadieron las marcas alrededor del año, un simple fallo que la ha convertido en una pieza codiciada.
Y ojo, que nuestros vecinos portugueses tienen otra de las más famosas, la de 2008, todo después de otro error que cuesta unos 105 euros. Como llevas años viendo, en la cara delantera de la moneda de un euro aparece el mapa de Europa, el problema fue que no se imprimió el correcto, el que añadía a los nuevos territorios que se habían adherido a la Unión Europea.