Terminas de cenar, recoges los platos, limpias la encimera y te falta guardar las sobras en la nevera envolviendo alimentos o tapando fuentes y cacharros con un film que siempre se nos rebela. El momento es odioso porque implica una destreza infinita para desenrollar, cortar y cubrir con unos mínimos saludables. Es muy tarde, no son horas de demostrar habilidades y ya hemos sobrepasado el límite diario de paciencia. Desde Uppers queremos evitar esos “mosqueos” nocturnos, primero, con un truco infalible sobre cómo despegar el papel film y, segundo, sobre cómo hacer para que el papel film no se pegue antes de cortarlo.
Todos nos hemos enfrentado a este papel film transparente que nos exaspera porque se rompe si no lo tratamos con delicadeza, lo estiramos… y antes de cortarlo se encoge de nuevo y se vuelve a pegar… Incluso solicitamos la ayuda familiar y cuando estamos solos ante el peligro podemos acudir hasta un vecino. Dos manos nunca son suficientes. Además, al desenrollarlo a veces no cogemos todo su ancho, sino que queda una parte adherida al rollo. En ese instante damos la operación por buena, pero al día siguiente nos encontramos el film hecho un desastre y vuelta a empezar.
La solución al rebelde papel film de cocina para envolver alimentos y tapar recipientes está en su lugar de almacenaje. Olvídate de ese espacio ideal de las cajoneras de madera que se ha diseñado para él en exclusiva. El sitio donde debes guardar el film es en el congelador para “helar” el material. Solo hay que sacarlo para cortar de forma increíblemente fácil lo que se vaya a utilizar e introducirlo otra vez en el congelador.
El frío tiene la capacidad de cambiar la estructura molecular del plástico provocando que esa adherencia intrínseca desaparezca. Además, una vez gana temperatura pega de nuevo con lo que no afecta a sus usos. Esta pérdida de adherencia la hemos visto cientos de veces cuando envolvemos un alimento para congelar y no somos generosos con el film. Comprobamos cómo si no ponemos cuidado queda al aire y el frío directo del congelador lo seca.
Los materiales con los que se fabrica este papel transparente son el cloruro de polivinilideno (PVC) o el polietileno que aportan la flexibilidad necesaria y además son impermeables lo que les hace ideales para envolver alimentos. Una de sus propiedades es la atracción de la electricidad estática y por ello se pega a sí mismo y a múltiples superficies como el vidrio o la cerámica. Al introducir el rollo en el congelador, el frío elimina la electricidad estática, lo que permite desenrollarlo y estirarlo con facilidad sin que se pegue. Una vez pierde el frío vuelve a ser pegajoso y complicado de manipular.
Al guardar el papel film en el congelador podremos aprovechar todos sus posibles usos en la cocina. Frente al papel de aluminio permite ver directamente los alimentos que envuelve porque es transparente. Es moldeable e impermeable, muy útil sobre todo a la hora de congelar. Además, protege mejor frutas, embutidos o verduras por su capacidad para adaptarse y “pegarse” a ellas. También se amolda muy bien a envases, platos, fuentes y cacharros para taparlos. En contra, en la nevera y en el exterior no protege de la luz y de los olores tanto como el aluminio. Por último, ambos envoltorios, siempre que sean para uso alimentario, se reciclan en el contenedor amarillo.