'Lentejas, comida de viejas. Si quieres las comes y sino, las dejas'. Así dice el dicho, pero la verdad es que esta legumbre está dentro de las más sabrosas del mundo y gracias a su versatilidad hacen que sean un manjar no sólo para aquellos que ya se encuentran disfrutando de su madurez, sino que, muy por el contrario, cada vez se ponen más de moda entre la juventud gourmet.
Lo cierto es que el de las lentejas es de esos sabores fuertes que lo invaden todo y que es común en los alimentos altos en hierro. Y también requiere cierta expertis en su preparación, ya que abundan las historias de personas que las detestan hasta que prueban una versión distinta.
Amplio es el refranero entorno a la gastronomía española, no obstante la lenteja ostenta el primer puesto. ¿A quién no le han dicho nunca 'Lentejas, comida de viejas, si las quieres las comes y sino las dejas'? E incluso en la forma 'Son lentejas: si quieres, las comes, y si no, las dejas', aunque estas dos versiones (en forma de rima) son más modernas, no habiendo datos demasiado fiables sobre cuándo comenzó a decirse de esos modos.
Antaño se decía 'Lentejas, comida de viejas' pero cabe destacar que el origen sobre por qué empezó a utilizarse esta frase, que suena generación tras generación en todas las casas de España, no está del todo claro y tiene dividido a los expertos, encontrando diferentes posibles explicaciones.
Hay quien cree que la coletilla 'comida de viejas' hacía referencia a la textura de esta legumbre una vez cocida y cocinada, la cual se reblandece hasta tal punto que no hace falta prácticamente masticarlas, convirtiéndose en un alimento ideal para personas de la tercera edad que pueden tener problemas con ciertos alimentos duros a la hora de la masticación.
Otros creen que es debido a que es un plato que con mucha asiduidad es cocinado por las personas mayores, o sea, es el plato típico que guisan las abuelas cuando uno va a visitarlas, pero este origen carece de fundamento.
Y por último están quienes apuntan que la expresión hace referencia a la antigüedad de las lentejas en la gastronomía, ya que estas legumbres aparecen referenciadas en múltiples escritos antiquísimos; por ejemplo, la referencia que se hace en la Biblia, en la que en el Génesis 25 relata el pasaje que dio origen a la también famosa expresión 'venderse por un plato de lentejas'.
En este sentido tampoco podemos olvidarnos de la importancia que tuvieron las lentejas durante los tiempos de la Antigua Roma, en los que esta legumbre fue considerada como un símbolo de prosperidad, dando origen, con los años, a la tradición de comer lentejas el día de Nochevieja, sobre todo en Italia.
Igualmente, esta popular frase se suele decir también cuando alguien se enfrenta a una situación que no le agrada sin disponer de alternativa. La locución rubrica un hecho consumado ante el que hay que resignarse. No hay posibilidad de elección, no hay posibilidad de rectificación. O se toma tal cual o no se toma.
Tiene su origen en una zarzuela en la que la protagonista, en un arranque, le dice a su marido tal expresión:
“Hoy al mediodía
le puse lentejas
y al ver que fruncía
y arqueaba las cejas
le dije burlona:
Éstas son lentejas,
si quieres las tomas
y si no las dejas.”
Si no te han entrado ganas de lentejas después de leer eso, es que eres de los que las dejas… si te han apetecido ¡manos a la obra!
Ingredientes
Elaboración
Primero picamos las verduras lo más pequeñitas posibles y las sofreímos en la misma cazuela que vayamos a utilizar, recordando que lo último que debéis añadir es el tomate triturado porque de lo contrario, las verduritas no se sofreirían si no que se cocerían en el tomate impidiendo que suelten todo su jugo, y eso no nos interesa.
Una vez añadido el tomate, lo dejamos 5 minutitos y añadimos un poquito de sal, la pimienta negra, el laurel y el pimentón. Cuando las verduras adquieran un colorcito más oscuro y una textura más suave, introducimos las lentejas. Hay que tener en cuenta que si se ponen en remojo la noche se ahorrará una media hora de cocción.
El siguiente paso será mezclar todo bien y finalmente añadir el caldo de ave. Tapamos la cazuela y la dejamos a fuego medio-suave durante una hora u hora y media dependiendo de si han estado en remojo o no.
Si os gustan las lentejas con sus sacramentos, los añadiríamos a media cocción de las lentejas (si tienen que cocer una hora, a la media hora) para que suelte todo su sabor sin resultar graso ni indigesto. Si las preferís sin sacramentos, simplemente tenemos que dejar que sigan cociendo sin más complicaciones.