En el mundo del arte contemporáneo no hay tantos universos personales que sean tan inmediatamente reconocibles como el de la dominicana-sueca-estadounidense Tania Marmolejo. Los enormes ojos de las ninfas protagonistas de su obra, sus enigmáticas miradas enmarcadas en un inquietante paisaje metafísico, han viajado por todo el mundo recibiendo los parabienes de crítica y de público, y ahora por fin podemos disfrutarlos también en Madrid.
La galería Villazan alberga la muestra 'Bajo la influencia', el particular homenaje de la artista "al país responsable de muchas de mis chispas creativas". Dice la propia Marmolejo que "la inspiración puede encontrarnos cuando menos lo esperamos, aunque rara vez sin que realmente miremos, observemos, el mundo que nos rodea". En su caso, las musas la asaltaron en un viaje a Sevilla que transformó profundamente la forma en que se relacionaba con el arte. En Uppers hemos querido aprovechar esta exposición, que puede visitarse hasta el mes de junio, para charlar con la pintora afincada en Nueva York.
¿Qué has querido contar en ‘Bajo la influencia’?
He querido dar una pista de lo que me ha inspirado, desde los rostros de las pinturas y vírgenes de los Pasos en Sevilla, hasta los atardeceres de Andalucía y Asturias, a la oscuridad de los encajes de las mantillas y a la eterna presencia de Picasso, pasiones que se filtran en mi vida cotidiana. “Bajo La Influencia” cuenta la influencia de España en mi arte.
¿Cuáles son tus influencias principales como artista?
Me inspira mucho la emoción en el arte. Aunque me inspira mucho la naturaleza, las emociones cotidianas, cuando veo arte que proyecta claramente los sentimientos del artista me produce una sensación inmediata de desear crear.
Los expresionistas alemanes con su enfoque en la emoción pura, muchas veces el lado más oscuro, siempre me inspiran. Kathe Kollwitz, con su mirada femenina en este movimiento especialmente, al igual que las mujeres surrealistas, como Leonora Carrington y Leonor Fini, Remedios Varo entre otras. Ellas fueron las verdaderas “duras” de ese movimiento, aunque los hombres se convirtieron en los más famosos.
¿Por qué la mujer siempre está en el centro de tu obra?
Retrato mujeres porque mis pinturas son muy personales, intentan mostrar un lado femenino de la vida, una mirada femenina. También fueron una reacción a los comentarios “el arte femenino no vende”, que escuché al intentar exhibir mis obras hace años. El tamaño grande de las caras fue un acto rebelde contra esto también. Mis personajes femeninos son una reacción defendiendo que el punto de vista femenino es igual de importante y relevante.
¿Cómo encontraste ese estilo propio tan reconocible?
Los ojos grandes comenzaron cuando era diseñadora de personajes para animación hace mucho tiempo, pero continuaron mientras pintaba y trataba de transmitir emociones al espectador.
¿Cuánto hay de ti en cada uno de tus retratos?
Aunque las pinturas no son autorretratos, siempre hay algo del artista en sus obras. En mi caso son mis emociones.
¿Qué papel dirías que juega tu herencia escandinava-caribeña en tu arte?
Al crecer entre dos culturas muy distintas, siempre me gustó un punto medio, el gris entre el blanco y negro. Mis pinturas muchas veces reflejan esa área incierta e indefinible entre emociones y expresiones. Mis colores están también influenciados por esas dos culturas.
¿En qué momento decidiste que ibas a ser artista?
Desde que pude agarrar un lápiz. Siempre he dibujado y pintado.
Vives en Nueva York ¿Se refleja la ciudad de alguna forma en tu obra?
Sólo en experiencias que he tenido, algunas obras contienen esas emociones.
¿Te interesan otras artes más allá de la pintura y el diseño? ¿Cine? ¿Literatura?
Todas las artes me interesan. Fui diseñadora de personajes, de textiles, ilustradora, diseñadora gráfica. Si no puedo ejercer algún arte lo admiro y lo estudio igual.
¿De qué artistas procuras no perderte ninguna exposición?
Quisiera poder ver mas exhibiciones, pero no tengo el tiempo. ¡Me gustan demasiados artistas!
¿Cómo nació esta exposición en España?
Empezó con un deseo hace muchos años con mi primer viaje a Sevilla y me inspiré en tantas cosas. España cambió mi arte, las caras empezaron a cambiar para reflejar la angustia de las vírgenes, los retratos que vi en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Luego, años después, cuando la Galería Villazán me invitó a exhibir, supe cual sería el tema.
¿Con qué te gustaría que se quedara en el espectador que va a ver ‘Bajo la influencia’?
He tratado de no abrumar la pintura con detalles obvios para que el espectador pueda buscar y encontrar la inspiración por sí mismo. Las pinturas son un guiño para el espectador, un susurro de una historia y un momento inspirador que estoy compartiendo al capturar la magia fugaz de lo que puede parecer ordinario.
Espero que a través de mis pinturas el espectador, especialmente el espectador español, pueda inspirarse para mirar más de cerca la belleza que le rodea en uno de mis países favoritos, que estoy empezando a llamar hogar.
¿Qué consejo le darías a la Tania que se enfrentaba a sus primeras pinceladas?
¡Que no pare!
¿Cómo te ves dentro de 20 años?
Ojalá que haciendo exactamente lo mismo. Viajando y exhibiendo en diferentes países, conociendo a gente inspiradora y lugares extraordinarios. Estoy viviendo mi sueño.