Ha muerto Fernando Botero, el pintor colombiano más célebre de todos los tiempos, a los 91 años, en su casa en Mónaco..Así lo han comunicado esta misma tarde sus representantes. Una noticia que ha consternado al mundo del arte y en especial a los colombianos, ya que el pintor y escultor no solo era una figura muy querida sino que era de las pocas en las que coincidían en admiración personajes de distintos rumbos políticos e ideológicos. El propio presidente de Colombia, Gustavo Petro, se ha encargado de sintetizar el duelo nacional en el que se encuentra el país: "El pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono", ha dicho el mandatario.
"Nunca he pintado una gorda" le dijo en una entrevista al XL Semanal. "Yo pinto volúmenes". También dijo "ojalá tuviera cuatro brazos porque quiero hacer tantas cosas que no me da el tiempo". Son frases bien podrían resumir la importancia de Botero en el arte contemporáneo. Uno de los pocos artistas cuya impronta estilística es indiscutiblemente reconocible a muchos metros de distancia. A veces literalmente, si hablamos de sus esculturas como el 'gato de Botero' emblema de la Rambla del Raval, en Barcelona, o al 'Mujer en el espejo' de la plaza de Colón en Madrid. Las voluptuosas figuras de Botero, porque no son solo mujeres, como algunos pueden creer, no respondían a una preferencia estética sino a una obsesión formal. "Botticelli pintó botticellis toda su vida, Vermeers siempre pintó vermeers. Y Botero, pues boteros", decía en la misma entrevista.
En 1954, Botero se casó con Gloria Zea (que fuera fundadora del Museo de Arte Moderno de Bogotá y directora del Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura) y tuvieron tres hijos: Fernando (1956), Lina (1958) y Juan Carlos Botero Zea (1960). La pareja se divorció en 1960. Fernando Botero hijo, incursionó en la política, fue senador y concejal de Bogotá, y llegó a ser ministro de defensa durante el gobierno de Ernesto Samper, en los 90. En 1995 Botero Jr. fue detenido por su presunta responsabilidad en la filtración de dinero procedente del narcotráfico en la campaña electoral Samper, que él había dirigido. Cumplió 30 meses de cárcel y se fue el exilio. Se dice que su padre dejó de hablarle durante años.
Sin embargo, ese no fue el momento más doloroso del pintor en lo que atañe a sus hijos. Tras su divorcio de Zea, en 1964, Botero se casó con Cecilia Zambrano, con quien tuvo un hijo, Pedro (1970). En 1974 encontrándose de vacaciones en España, en la carretera de Sevilla a Madrid un camión chocó con el coche en el que ib a la familia y el niño murió instantáneamente. Botero perdió una falange de la mano. Al recuperarse se encerró en su casa de París y pintó a su hijo durante meses. 'Pedrito a caballo' es el cuadro más memorable de ese terrible momento. Zambrano se separaron en un año después.
En 1978, Botero se casó con la artista griega Sophia Vari. No tuvieron hijos y vivieron en París hasta la muerte de ella, en mayo de este mismo año. Poseían residencias en Medellín (Colombia) Pietrasanta (Italia), Nueva York y Montecarlo, donde moría el pintor el día de hoy. El pintor deja además siete nietos.