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Juanito Cortés Amaya es un chaval de Badalona que con tan solo trece años está revolucionando el mundo del arte. A sus ocho años sabía que quería dedicarse al mundo de la pintura y sus obras ya cuelgan de galerías internacionales como España, Francia, Italia, Mónaco y ahora Nueva York. Su estilo expresionista abstracto con el que quiere transmitir buenas vibraciones e invitar a sentir la alegría de vivir, ha despertado el interés dentro de los coleccionistas. Luis Tosar, Sara Baras o Plácido Domingo, a los que ha retratado, cuentan con obras del joven artista formando parte de su colección particular. Pero hay muchos más.
Su abuelo, un anticuario, supo transmitir este amor a su hijo y a su nieto. Tres generaciones unidas por el amor a la pintura y la pasión de Juanito de convertirse en un pintor de renombre. El joven ha estudiado a los grandes maestros del siglo XX: Picasso, Miró, Pollock, Klimt, Kandinski o Domingo Zapata al que admira y sigue. Emotivo ha sido su encuentro estos días en la capital de los rascacielos. Es allí donde dando cuenta de su arte gracias a galerías como la Excellence Art Gallery de Marbella o la Art Nou Mil·lenni de Barcelona.
Juanito Cortés Amaya se está haciendo un nombre y no a cualquier precio. La Art Nou Mil·lenni de Barcelona cuenta con varias obras por el precio de 20.000 euros. El año pasado su obra, 'Golosina n. 3' se vendió por 6.500 euros. El artista se deja seducir por las nuevas tecnologías y explora distintos formatos. El pasado 9 de junio, la prestigiosa Casa Templum de Barcelona subastó una obra digital en formato NFT(del inglés non fungible token). La obra titulada 'Sara Baras' y era un homenaje a la célebre bailaora.
La proyección del joven artista autodidacta ha calado también en sus redes sociales donde cuenta con más de 10.000 followers que siguen su trabajo de cerca.
El catalán se inspira en lo que ve durante el día: "Me inspiro en todo lo que veo, en todo lo que tenga líneas, formas y colores. Salgo a la calle y solo veo color y líneas", ha explicado cuando le han preguntado. Así, a la vuelta por la tarde, plasma lo que más le haya llamado la atención. "Yo hago mi rutina normal y, de repente, me viene la inspiración. Entonces nadie me puede parar, me pongo mis chanclas, mi ropa y pienso en cómo va a ser el fondo", cuenta el joven artista nacional. De momento, no tiene una época azul, ni negra, ni tenebrista. El positivismo está presente allá por donde pase. "Quiero que mis obras expresen siempre alegría, felicidad y todo lo bueno. Nunca quiero que transmitan nada malo", ha reconocido el preadolescente.