Javier Sierra, sobre la exposición de Dalí: “Se creía la reencarnación de San Juan de la Cruz"

  • Una de las obras maestras, quizás de las más enigmáticas, del genio catalán se exhibe en el Museu Dalí de Figueres por primera vez desde 1952

  • Con motivo de la exposición, Planeta ha publicado '¿Por qué, Dalí?' un volumen que reúne ensayos de Antonio López y Montse Aguer y una carta del escritor Javier Sierra

  • Conversamos con el escritor sobre su fascinación por Dalí y los misterios que esconde su peculiar visión de la crucifixión

Hasta abril del próximo año podrá verse en Figueres el célebre 'Cristo' de Dalí. Se trata de la primera oportunidad que tenemos de visitarla en territorio nacional desde que en 1952 la pintura y sus derechos de propiedad intelectual fueran adquiridos para la Glasgow Corporation por Tom Honeyman, el entonces director de los museos Glasgow (Escocia). Desde entonces la pieza se ha exhibido en el Museo Kelvingrove (salvo un periodo de 13 años en el que permaneció cerrado), es decir que llega a Figueres 71 años después.

Visiones

Con motivo de tan señalada oportunidad, el Museu Dalí de Figueres no solo ha preparado una exposición monográfica alrededor del cuadro (que puede visitarse hasta abril de 2024) sino que, en colaboración con la editorial Planeta, ha preparado un documento extraordinario para conmemorarla.

'¿Por qué, Dalí?' es un libro híbrido. Dúctil, sin llegar a ser líquido, es particular no solo por su triple autoría -el escritor Javier Sierra, el artista plástico Antonio López y la directora del Museo Dalí de Figueras, Montse Aguer- sino también por su diálogo entre géneros. Mediante una ficción en forma de correspondencia epistolar con el pintor, Javier Sierra nos sumerge en la esencia de 'El Cristo de San Juan de la Cruz' y su proceso de creación a través de un perturbador interrogante (y la promesa de respuesta).

A continuación, Antonio López, en diálogo con Montse Aguer, profundiza sobre la figura del pintor surrealista y nos invita a adentrarnos en la mente, el cerebro y el proceso de creación de uno de los artistas más complejos del s. XX. Y hay espacio aún para una sección más técnica, que corre a cargo de varios miembros del centro de documentación de la Fundación Gala-Salvador Dalí.

Y misterios

Lo cierto es que para un autor como el galardonado Javier Sierra escribir a partir del emblemático óleo, no podía ser más apetecible. Tanto la tela, como su excéntrico autor despiertan una inusual fascinación, incluso entre los más jóvenes.

¿Cree que es disociable el Dalí pintor del Dalí personaje?

El tiempo es el que terminará disociándolos. De hecho, ya existe una generación que se acerca a Dalí únicamente por el valor de su obra, que es enorme, y que no conoce apenas nada de sus ocurrencias (hoy algunos las llamarían “performances”). Y eso lo que indica es que Dalí fue, por encima de todas sus facetas, un genio del arte absoluto.

 ¿Cómo se vio involucrado en el proyecto de ‘¿Por qué Dalí?’

Dalí me interesa desde hace años, pero nunca me había planteado escribir nada sobre él. Sin embargo, con motivo de la “visita” de su obra maestra 'El Cristo de San Juan de la Cruz' a su museo en Figueres, surgió la invitación a escribir algo sobre él. Y acepté. Dalí se ajusta como un guante a un concepto que llevó años abanderando: la 'Ocultura'. Es la reivindicación de que detrás de muchas de las mayores manifestaciones culturales de todos los tiempos se esconden ideas heterodoxas, ocultistas o esotéricas.

¿Y eso ocurre en la obra de Dalí?

Eso, en Dalí, se cumple a rajatabla. Fue un gran lector de temas ocultos, le preocupaba la alquimia, la búsqueda de la vida eterna, la proporción aúrea y todo un universo de temas poco convencionales que, claro, han terminado por llamar mi atención. 

Uno de sus programas tenia como eslogan la frase de Paul Éluard ‘Hay otros mundos, pero están en este’ y Éluard fue pareja de Gala, la emblemática compañera de Dalí. ¿Le ha estado rondando?

El lema de Éluard es el de toda una generación. En los años setenta dio título a una recordada colección de libros de temas “fronterizos”, que también leyó Dalí. Teníamos, pues, referentes comunes y solo era cuestión de tiempo que convergiéramos. Por eso en '¿Por qué, Dalí?' me dirijo a él como si estuviera vivo y pudiera responder a la carta que le escribo.

Tratándose de usted, su aporte no podía no girar en torno a un enigma, en ese sentido un cuadro como este, que encierra más lecturas y más misterio que la Gioconda del Código Da Vinci, le viene como anillo al dedo…

Es cierto. Los misterios de esa obra son muy evidentes: 'El Cristo' no tiene las heridas de la crucifixión, carece de atributos como la corona de espinas o los clavos; ni siquiera tiene “Inri”. Y eso por no hablar de la deliberada ocultación de su rostro. Todas esas transgresiones eran meditadas y yo quería descubrir el proceso intelectual que siguió para alumbrarlas. Lo que no esperaba era encontrar que su inspiración fue un éxtasis de san Juan de la Cruz y aún menos descubrir que Dalí se creyó, durante años, la reencarnación de ese santo.

¿En qué medida su trabajo dialogo con el de sus coautores?

Mi texto se complementa muy bien con los que conforman el libro. Mientras el mío profundiza en la psique de Dalí y en los porqués de su arte, los que escoltan mis letras abundan en los cómos, los dóndes y los cuándos del 'Cristo', retratando la obra desde todos los ángulos posibles.

Después de tantos años la perspectiva de este cuadro sigue fascinando. ¿Quién está mirando al Cristo crucificado? ¿Dios?

 Doy una buena pista al final de mi carta a Dalí. La encontré en una entrevista que el pintor mantuvo con un carmelita francés que biografió a Juan de la Cruz y con el que discutió mucho sobre esa mirada superior. Pero, sí me lo permites, prefiero que el lector lo descubra en mi texto.

¿Cree que el surrealismo y Dalí nos mostraba también 'otro lado' de lo que conocemos como 'realidad'?

El surrealismo de Breton entendía el “otro lado” como una prolongación de la psicología profunda humana, y Dalí creía que ese universo escondía algo inteligente, ajeno y superior al ser humano. Pero ambos querían explorarlo y dominarlo. Y esa quimera me parece fascinante.

¿Cómo describirías este Cristo de Dalí en tres palabras?

Una mirada superior.