45 grados. Es el ángulo exacto en el que hay que mirar sus cuadros. También es el punto de vista desde el que los pinta. Vistos desde la derecha y desde la izquierda son totalmente diferentes. Con solo dar un paso la imagen cambia. Hablamos de las creaciones de Sergi Cadenas, un artista de 48 años, que desde hace once utiliza el arte cinético para mostrar el paso del tiempo.
"Cuando tuve la idea, en 2009, estaba comiéndome un pastel, de la forma más tonta. De ahí me puse a trabajar en mi primera creación, eran tres cuadros en uno", nos explica Sergi. Desde aquel primer cuadro su técnica ha evolucionado mucho. Ahora, en lugar de tres imágenes, son dos porque, asegura, queda mejor. "Aunque el cuadro sea de un metro, realmente son dos los que lo forman".
Para hacer esto posible Sergi utiliza tiras rígidas verticales y a cada lado de ellas dibuja una de las versiones, que se fusionan si miras la obra desde el centro. En terminar cada uno de estos cuadros tarda entre un mes y mes y medio y son creaciones únicas. "Siempre tengo muy poca obra y en realidad en vivo y en directo es muy difícil verla, todo lo que hago lo vendo rápido", apunta.
Hace siete años realizó su primera obra que mostraba el paso del tiempo y aunque es uno de sus temas más populares no es el único. "Suelo recurrir a retratos, es una de mis pasiones desde que era joven. En cuanto a la temática, me gusta mezclar contraposiciones", nos cuenta Cadenas.
Felicidad y tristeza, blanco y negro, vida y muerte y, como no, juventud y vejez. "Creo que la gente madura tiene mucho que contar y siempre los he escuchado y aprendido de ellos, por eso me parece interesante contraponer la edad, el aprendizaje y la experiencia. Los mayores son los únicos que nos pueden enseñar a no tropezar dos veces con la misma piedra", asegura.
Nunca titula sus obras. Es una de las particularidades de Sergi Cadenas, que nos confiesa que son las galerías las que le ponen nombre a sus creaciones. Otra de las curiosidades de este artista es que 100% autodidacta. "Mi única escuela ha sido la vista y el aprendizaje constante de mis vivencias. Llevo pintando toda la vida aunque profesionalmente desde hace poco, antes era cerrajero y sigo manteniendo mi empresa".
A sus 48 años, Sergi afirma que su expansión artística fue a partir de los 40 y está orgulloso de que haya sido así. "Es el momento ideal, tengo tranquilidad en todos los aspectos de mi vida. La madurez me ha dado equilibrio, me va bien, mis hijas ya son mayores, y me puedo dedicar a lo que realmente me gusta. Antes ser artista era una locura, ahora creo en mí y apuesto por el arte", concluye.