Este domingo El País Semanal publica la portada que bien podría llevar por título ese 'Persona del Año' que anualmente otorga la revista Time. Fernando Simón sobre su motoFernando Simónsobre su moto y con chupa de cuero con una cita que resume su actitud durante estos meses críticos: "No podía perder la calma". El médico zaragozano, que cumple 57 años este mes de julio, ha sido la cara experta visible de la pandemia. Pero su labor ha ido mucho más allá. Como refleja el reportaje que escribe Jesús Mansilla, Simón ha sido también bálsamo anímico para todo un país. Una delicia periodística que elabora mano a mano con el fotógrafo James Rajotte, encargado de los retratos, imágenes y vídeos que complementan el texto. Rajotte cuenta a Uppers por correo electrónico cómo ha sido su experiencia: "Un día y medio con el Dr. Simón intentando ser invisible".
Un seguimiento traducido en entrevista que refleja la nueva cotidianeidad de Fernando. O más bien y como él mismo reconoce en la entrevista, la ausencia de ella: "Mi vida cotidiana ha desaparecido, no hay. No tengo tiempo, trabajo prácticamente todo el día. Llego a casa, ceno, me voy a la cama y vengo. No tengo vida cotidiana desde hace ya varios meses". En las distancias cortas, el epidemiólogo no dista mucho de lo que estamos acostumbrados a ver. Como reconoce el fotógrafo, natural de Pensilvania (Estados Unidos) pero afincado en Madrid, su labor pasa precisamente por ese dejar ser y hacerse notar lo mínimo que consiga que la verdadera personalidad del personaje aflore para poder capturarlo. Rajotte se ha encargado de esta difícil tarea con otras personalidades de la talla de Pedro Almodóvar, Garbiñe Muguruza o el rey Felipe.
"Sabía que El País quería hacer una portada de este reportaje", explica James. Tanto a nivel profesional como en lo personal, como ciudadano que ha seguido de cerca los pasos de Fernando y ha escuchado atento sus mensajes, fotografiar al personaje del año era un reto. Y descifrarlo, como reza el titular de la publicación, pasaba por mostrar esa faceta menos mediática aunque conocida de Simón: el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias va cada día al Ministerio en su moto. "Después de quizás medio día, había un hueco en su agenda y pedí que hiciéramos dos fotos que pudieran ser portada. Para estas fotos llevé un flash pequeño con paraguas. Hicimos un retrato en su despacho y después pedí que bajásemos a hacer una en su moto. Yo ya sabía que va en moto al Ministerio todo los días. En la redacción de El País también me sugirieron que una foto montado en moto sería interesante y mostraría un lado de su personalidad", explica.
"Fuimos al parking del Ministerio, donde estaba aparcada la moto. Vinieron el reportero Jesus Mantilla y la jefa de comunicaciones del Ministerio para observar. Monté mi pequeño flash e hicimos quizás doce fotos en total. Luego revisándolas elegí dos o tres. No hubo nada de producción porque cuando hago un seguimiento de alguien tengo que estar solo o no funciona. En general prefiero trabajar solo", explica el fotógrafo. Que apunta, como también recoge la entrevista, que la Suzuki GS500E de Simón -un modelo de 1989 que se convirtió en leyenda en su época marcando a una generación- es suya y la chaqueta también. La moto, explica Fernando, se la compró a un amigo hace años por 1.000 euros. "Me gusta arreglar lo que no está roto, no tirar por tirar". La chupa de cuero le acompaña desde antes incluso: "La compré en 1991 y está perfecta. Me costó 50.000 pesetas de entonces [unos 300 euros]".
La fotografía se ha convertido desde que el medio anunciara la portada a mediados de semana en foco de conversación en redes y carne de meme -el propio Rajotte compartía algunos de ellos en su cuenta de Instagram-. Y ha suscitado también debate sobre la finalidad de la misma. Como ocurre con el propio personaje, a quien Ana Mato nombró en el cargo como ministra con el PP en 2012, los bandos se dividen. Por un lado, los que consideran que es una gran portada. Por el otro, los que creen que, a pesar de estar contando algo real y menos conocido del propio personaje, apuntan que viene a reflejar un aspecto de masculinidad según los cánones tradicionales que es precisamente opuesto a la imagen que estos meses Simón ha trasmitido y gracias a la cual se ha erigido también como un icono de la cultura pop venerado por millennials y centennialscentennials.
Parte de su éxito reside precisamente en su imagen y en su forma de comunicarse. Cercana, con esa voz ronca tan característica que ha sido reseñada incluso por The New York Times y que se aleja del cliché de la personalidad política comunicándose. "Yo no hablo para los periodistas. Me dirijo a la población", asegura a El País Semanal. El director del CCAES cuenta que en París se apuntó a unas jornadas de comunicación para científicos y que salió espantado. "Lo dejamos rápido, nos pareció absurdo. Estaban obsesionados por transmitirnos eso que llaman la estrategia del win-win, que nos comiéramos unos a otros como tiburones. Lo basaban todo en la imagen, hasta nos indicaban qué tipo de ropa nos podía sentar bien". Nada más lejos de la realidad: "Me dejé de peinar a los 15 años", asegura en las mismas líneas que reconoce su desinterés por la plancha de la ropa. El personaje en una versión cercana y realista que confirma desde el plano técnico Rajotte: "Hice muy, muy poco retoque [de las fotografías]".