Catherine Deneuve recibía esta semana el León de Oro en el inicio del Festival de Venecia sin que sus palabras dejen indiferente a nadie, algo que la ha caracterizado siempre debajo de ese aire angelical. La musa de cineastas y del propio Yves Saint Laurent, a sus 78 años es una mujer que mantiene su belleza, entre otros por su gran espíritu. La francesa ha trabajado con los mejores directores desde Polanski, Truffaut hasta el gran Buñuel. Con él, debutó en la alfombra roja de Venecia y se hizo con su Primer León de Oro, con Belle de Jour corría el año 1967: "Fue muy bello e impactante", recordaba la dama de la escena. Han pasado 55 años y el Lido se ha vuelto a rendir ante la diva haciéndole los honores con la estatuilla de Honor.
Considerada a lo largo y ancho mundo como una de las mujeres más bellas explicaba: "No soy una sex symbol". "Veo esas fotos y no me veo así para nada", comentaba. Tachada de fría y distante, algo que la disgusta sobremanera, comentaba para quitarle hierro al asunto y ponerle un toque de humor: "Aunque quizá por el pelo rubio". Deneuve confesaba hace algún tiempo, que alguien se había encargado de adjudicarle eso de ser fría pero que no era para nada así, aunque sí que reconoce que el humor no es “la base” de su manera de ser. Y en una ocasión confesó que su palabra favorita es “no”.
"Ni sex symbol", "ni musa", ha dicho en muchas ocasiones. Catherine Deneuve es ante todo una mujer determinante con las ideas muy claras: "Por otra parte, nunca me tomo en serio ni me creo lo que la gente dice de mí. Si haces caso a todos los elogios puedes acabar creyéndote una reina, y una reina está por encima de sus súbditos. Yo no quiero eso".
Lejos de ser una reina, aunque lo sea, la estrella es una mujer corriente que tiene claro no renunciar a su vida particular: “Hay prioridades en la vida. Y ser actriz no lo es todo el tiempo”. Fuera de los guiones y de los sets de rodajes hace una vida que nadie podría imaginar y que la hacen más grande por su naturalidad y saber disfrutar. Jamás ha tirado del beneficio de la fama: "Vivo de forma muy corriente, cuando salgo con amigos no soy de esas personas que tratan de explotar su fama para saltarse la cola en el cine o en un restaurante. Mientras no estoy trabajando, no ejerzo de actriz en absoluto", confesaba en una ocasión.
"Envejecer no es agradable para nadie, y menos aún para quien, como yo, depende de su imagen", comentaba en una entrevista. Aunque advierte: "Pero no es una tragedia". La actriz de 8 mujeres, no duda en reconocer que se cuida: "Además, me cuido bastante" a pesar de que hay algo que no hace al cien por cien en algunas etapas de su vida: "No duermo suficiente". Aun así, con el paso de los años es algo que ha ido intentando. Una de sus bases a día de hoy es: "Dormir mucho, beber agua por el día y buen vino por la noche".
La francesa no renuncia a los placeres de la vida como un buen espirituoso: "Me gusta tomar algo de vodka de vez en cuando, pero cuidarme está en mi personalidad. Soy una persona activa, me muevo mucho", una de las mejores recetas para conservarse como lo hace. Algo que le apasiona y que le hace disfrutar es la jardinería: "Me ayuda a mantener en forma el cuerpo y la mente", es en las cosas pequeñas donde reside la felicidad y el bienestar. La fama no le ha hecho renunciar a esos pequeños placeres: "La mayoría del tiempo hago lo que quiero. Saco a mi perro, voy al mercado y he estado sola en un cine".
Su pasión por el cine es inconmesurable. Cinéfila empedernida lanza un grito por las sesiones de butaca: "Voy al cine, a las salas. Amo el cine. No he perdido el entusiasmo, por suerte para mí". Aun así, sabe que el peso de la edad corre en contra cuando eres actriz: "Cuando te hacen homenajes, te das cuenta del paso del tiempo porque no miras atrás, no por rechazo si no por falta de tiempo. Es algo que forma parte de la vida". Una de las lecciones de vida que ha dejado durante su paso por el festival de Venecia es: "Llega un momento de la vida en el que hay que mirar todo lo que has hecho, todas las decisiones que has tomado, y esperar que el lado bueno pese más que el malo, aunque muchas veces el resultado de lo que haces no depende de ti".
La industria del cine es muy dura, en especial con los personajes femeninos: "En Europa es más fácil para las actrices envejecer y seguir trabajando que en Estados Unidos". E insiste y valora que: "Hay mejores papeles aquí". La artista, que logró una nominación al Oscar con Indochina. A pesar de su veteranía no daría 'lecciones' a las nuevas generaciones de la interpretación: "Nunca haría eso, no tiene sentido. Cada persona es diferente, a mí nunca me ha gustado dar consejos a nadie".
Deneuve respira ese aire de sencillez y humildad, no ahora sino desde que fuera descubierta por Jacques Démy en Los paraguas de Cherburgo. En un entrevista que le hacía José María Íñigo en 1973, se mostraba ya así. Para ella la admiración de la gente: "es una responsabilidad. Es algo muy importante".
A pesar de su sencillez y de esa belleza que traspasaba la cámara, la que fuera pareja de Mastroiani siempre ha mantenido que los hombres y las mujeres eran iguales: "No veo la diferencia entre la mujer y el hombre". De hecho, Íñigo le preguntaba que: "¿Qué se puede aprender de los actores importantes?" y ella respondía echando balones fuera cuando la masculinidad imperaba dentro y fuera de las cámaras: "Se puede aprender tanto en el cine como en la vida, siempre y cuando la persona que tengas enfrente aporte". Aun así, sí que ha reconocido a lo largo de su vida que: "Alguna noche fui mujer florero... Y no está tan mal".