Todo el mundo está viendo 'Vigilante': el hecho real que inspiró la serie de Ryan Murphy

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  • Ryan Murphy e Ian Brennan van a salir por la puerta grande de Netflix. El año que viene se termina su acuerdo con la compañía y tiene dos exitazos que han roto barreras: 'Dahmer' y 'El Vigilante'

  • Una familia buscó un mejor hogar en Nueva Jersey, pero se convirtió en un infierno al recibir cartas inquietantes de un acosador anónimo. El pánico y el terror se apoderó de ellos y acabaron poniéndolo en manos de la policía

Les queda menos de un año de contrato con Netflix, pero está claro que Ryan Murphy e Ian Brennan van a salir por la puerta grande de la compañía internacional. Ambos, directores, escritores y guionistas, están detrás de la exitosa serie 'Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer', que se ha convertido en todo un fenómeno de masas siendo la serie más vista en inglés después de ''Stranger Things 4' en la historia de la compañía. Actualmente, es la más vista del top ten y en segundo lugar, le sigue otra serie que acaba de de publicar hace tan solo cinco cinco días, 'Vigilante' ('The Watcher'). Parece que todo lo que tocan y lanzan se convierte en oro. El olfato de periodista de Murphy, porque estudió y trabajó como periodista, debe tener algo que contacta con el público de una manera casi magnética. O que ya el público sabe que todo lo que lleve su firma hay que verlo, aunque te revuelva el estómago y no te deje impasible.

El infierno del vigilante

El viernes 15 de octubre la plataforma estrenó esta última historia de su piscifactoría basada en hechos reales donde una Naomi Watts y un Bobby Canavale, se meten en la piel de un matrimonio, los Broaddus aunque en la cinta se llaman los Brannock. Los hechos reales tuvieron lugar en el año 2014 cuando la pareja y sus hijos deciden llevar una vida más acomodada en Nueva Jersey (EE.UU.). Ubicada en el 657 Boulevard de Westfield (Nueva Jersey, EE UU) la mansión, construida en 1905 cuenta con un terrero de 1.180 metros cuadrados y por el que, Derek y Maria Broaddus pagaron 1,4 millones de dólares

La ocultación de los anteriores propietarios

Sin necesidad de tener que cerrar la puerta con llave en un barrio residencial, se las prometían felices. Pero nada más lejos de la realidad. La pareja empezó a recibir sucesivas misivas anónimas de una persona que se hacía llamar 'el vigilante'. La primera de aquellas cartas comenzó casi como una bienvenida al vecindario. Pero terminó con una consigna terrible: "Que empiece la fiesta". A partir de ahí el drama llegó al hogar de los Broaddus con este acosador que reclamaba, sangre fresca. Este 'vigilante' estuvo durante décadas observando la casa, tras la muerte de su padre. Sus anteriores inquilinos, los Wood, también sufrieron en sus carnes al psicópata, y salieron de allí abandonando el hogar.

Nada se escapó al ojo del anónimo intruso que llegó a prohibirles que hicieran ningún cambio en la casa y que llegó a conocer sus momentos más íntimos. Esto llevó a que los Broaddus denunciaran ante la policía.

Años de juicios

David Wayman, jefe de policía de Westfield, se encargó de un caso que no consiguió resolver. El matrimonio, por su cuenta, contrató un detective privado y se puso en contacto con los Wood a los que también denunciaron pidiéndoles que le reintegraran todo lo que les había costado la casa, al año de vivir allí. Estos también los contrademandaron. Los Broaddus pusieron en venta el sitio marchándose de allí aunque estuvieron años de juicios. El caso no pasó desapercibido para la prensa.

La mansión maldita fue un problema para los Broaddus que, entre otras ideas, barajó la posibilidad de venderla a un promotor de viviendas y que se derribara y fuera una nueva construcción. Finalmente fue vendida por casi medio millón de dólares menos, 959.000 dólares.