Emma Thompson, de 63 años, siempre ha sido considerada una de las grandes actrices de cine internacional sin dejar nunca de lado las películas de corte más juvenil o adolescente, en los que ha tenido las mayores transformaciones físicas para encarnar los papeles. Al natural, nadie diría que la actriz fue ‘La niñera mágica’, Sybill Trelawney en la saga ‘Harry Potter’ o La Baronesa en la última adaptación de ‘Cruella’. Ahora, la intérprete estrena nueva película, una que conocemos todos, la nueva adaptación de ‘Matilda’, donde da vida a la temible directora Agatha Trunchbull.
En la película original, la de 1996, fue Rhea Perlman la que aterrorizó a los más jóvenes, y a los no tan jóvenes también, con su interpretación de la directora al colegio al que acudía la pequeña Matilda, un papel que ahora coge Emma Thompson en ‘Matilda de Roald Dahl, el musical’ con buenas críticas por parte de los espectadores que ya han vuelto a disfrutar de las aventuras de la niña que ha acompañado a más de una generación durante su infancia.
Sin duda, las transformaciones de Emma Thompson a lo largo de su carrera han sido alabadas por el público, y lo cierto es que su trabajo lleva. Por eso mismo, Netflix ha publicado en redes sociales un vídeo en el que explican cómo la actriz se transformó en Trunchbull en la sala de maquillaje y peluquería.
“Es una experiencia que te lleva más allá de tu cuerpo. Es liberadora. No es que sienta una necesidad acuciante por alejarme de mí misma o algo así. Pero de alguna manera es una liberación poder habitar otra alma de esa manera que es tan física. Es un gran privilegio de esta profesión cuando los cambios de imagen te ayudan a encontrar quién es la persona que vas a interpretar", explicaba en una entrevista con Entertainment Weekly acerca de lo bien que se siente al interpretar personajes alejados de su apariencia física.
“El equipo de producción tenía un montón de planes. El director, Matthew Warchus, quería que usara lentillas oscuras para cambiar mi aspecto porque según él tengo unos 'adorables ojos azules'. Y yo le dije: 'pero Hitler tenía ojos azules", contó sobre el proceso de creación del personaje.
Además, la actriz siempre remó a favor de obra a sabiendas que estaba en la nueva versión de una película que está grabada en el imaginario de millones de personas. Tanta fue su implicación, que se fracturó el tobillo durante el rodaje, algo que no frenó la filmación, llegando a rodar una escena de riesgo en la que tenían que colgarla bocabajo desde una grúa. “No me quedó otra que seguir adelante”, expresó Emma Thompson.