Es increíble cómo momentos claves de nuestro crecimiento y desarrollo pueden influenciarnos durante el resto de nuestras vidas. Y en el caso de Steven Spielberg, en su carrera, cine y legado. Porque si bien el cineasta siempre se inspiró en su infancia y adolescencia para desarrollar su estilo cinematográfico -con elementos que van desde el desafío de hacerse mayor a la responsabilidad y la figura materna/paterna a través de lentes opuestos- nunca lo hizo tanto como en la película que podría llevarlo de nuevo al Óscar.
Porque a sus 75 años el rey Midas de Hollywood se abre en canal con The Fabelmans, su primera historia oficialmente semi biográfica donde recurre a su experiencia como hijo de padres divorciados para rendir homenaje a la influencia que, tanto ellos como el trauma de la separación, tuvo en su vida y su carrera. Porque quizás no se dieron cuenta, pero tanto el divorcio como la relación con cada uno de ellos -desde la adoración al papel de una madre soltera, al distanciamiento con un padre ausente- quedó plasmado para la eternidad en varios de sus clásicos cinematográficos.
Spielberg tenía 19 años cuando sus progenitores se separaron en 1966, culpando a su padre durante muchos años, distanciándose de él y reforzando la imagen de padre ausente que vimos en varias de sus películas. Sin embargo, el joven cineasta lo culpaba sin conocer la verdad detrás de la separación. Arnold la mantuvo en secreto para protegerlos de la opinión ajena, tanto a él como a la mujer que todavía amaba: y es que fue Leah quien rompió la relación tras enamorarse de uno de los amigos de Arnold.
Y aunque Steven descubrió la verdad más adelante, continuó sintiendo rencor hacia su progenitor durante un largo tiempo, aferrándose al ideal que tenía de su progenitora quien inculcó, apoyó e impulsó su vena artística. Cuando la pareja se separó y Arnold Spielberg abandonó el hogar familiar influenciaron, sin saberlo, las historias que el joven Steven estaba desarrollando en su cabeza: Encuentros en la tercera fase (1977) y E.T. El extraterrestre (1982). En ambas películas la figura paterna abandonaba a la familia, siendo una representación directa de las emociones y rencor que sentía el propio Steven.
En una aparición en el Festival de Cine de Películas Clásicas de Turner, Steven Spielberg compartió esta curiosidad acerca de E.T. El Extraterrestre. Hablando a la audiencia acerca de cómo reflexionar acerca del divorcio de sus padres lo había hecho repensar la escena final de su película Encuentros en la Tercera Fase (1977).
"¿Y si esa pequeña criatura nunca volviera a la nave?", dijo. “¿Y si la criatura fuera parte de un programa? ¿Qué pasa si convierto mi historia sobre el divorcio en una historia sobre niños, una familia, tratando de llenar la gran necesidad y creando tal responsabilidad?", preguntaba. “Un divorcio crea una gran responsabilidad, especialmente si tienes hermanos; todos nos cuidamos. ¿Qué pasaría si Elliott, o el niño (que todavía no había soñado con su nombre) necesitaran, por primera vez en su vida, convertirse en responsables de una forma de vida para llenar el vacío en su corazón?". Añadió Steven Spielberg acerca de la inspiración de E.T. El Extraterrestre.
Tiempo más tarde, cuando la esposa de Steven, Kate Capshaw, incitó una reconciliación entre padre e hijo, el reencuentro terminó influenciando Atrápame si puedes (2002), La guerra de los mundos (2005) y Lincoln (2012). En todas ellas la influencia es bastante clara, sobre todo en las dos últimas. En la cinta de ciencia ficción de Tom Cruise con el rol de un padre divorciado, distanciado de sus hijos que forma una estrecha conexión y reconciliación a través de la supervivencia. Pero, en todas, con la representación de un padre que aparece como una figura firme, pero en el fondo es justa y ama a sus hijos.
En su más reciente película, Los Fabelman, se mantiene fiel a uno de sus temas cinematográficos predilectos: el núcleo familiar. El aclamado director finalmente se enfoca en lo que ha sido retratado a través de metáforas, subtextos o símbolos en muchas de sus películas anteriores: su propia vida.
La película gira en torno a la vida de Sammy Fabelman en el hogar con su madre artística Mitzi, el padre ingeniero Burt y tres hermanas, a quienes a menudo recluta para actuar en sus películas caseras. El conflicto central es el divorcio de los padres de Sammy y cómo converge con su incipiente carrera cinematográfica.
En el documental titulado Spielberg, él y sus hermanas recuerdan cómo el matrimonio comenzó a romperse después de mudarse de Arizona a California por el trabajo de su padre. Cuando su madre anunció que se iban a separar, su padre asumió la culpa. "La obsesión padre-hijo que he tenido en mis películas obviamente habla de una gran cantidad de sentimientos que había estado cargando conmigo y de los que quiero deshacerme, y lo he hecho", dijo Spielberg. Eventualmente se reconciliaron; Spielberg incluso dedicó Salvando al soldado Ryan a su padre, que fue un veterano de la Segunda Guerra Mundial.