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Durante esta semana los discursos que se han viralizado son los de los ganadores de los Oscar. Sin embargo, aquella noche de domingo, antes de que las estatuillas comenzasen a repartirse, el Festival de Málaga tuvo el que posiblemente es el discurso más reivindicativo de los últimos tiempos. Blanca Portillo recibía el Premio Málaga Sur con el que rendían homenaje a su carrera y la actriz decidió plantarse en el escenario de una forma especial: en camiseta básica, vaqueros y zapatillas. “Os estaréis preguntando qué hace vestida así esta mamarracha en una noche de lujo y esplendor”, fue lo primero que dijo al recoger el galardón ante el aplauso del público.
La actriz confesaba que acudir de esa manera fue una decisión muy pensada. “No estoy aquí para defender un personaje o un trabajo concreto. Estoy aquí porque habéis decidido poner en valor el trabajo de casi 40 años dedicados, casi de forma enfermiza, a la interpretación. Como eso es lo que estáis valorando quiero recibirlo como persona, no como actriz. Y esto es sencilla y claramente lo que soy: Blanca, una persona”, comenzó explicando la actriz con cierta emoción.
De esta manera, explicaba ser “un ser humano despojado de lujos y disfraces, sin aditivos ni colorantes ni conservantes. Una mujer de 59 años que prefiere los vaqueros a los trajes de noche. Las cañas con los amigos al champán de las fiestas, el amor a la admiración”.
Fue entonces cuando despertó las risas del público al nombrar a Brad Pitt, con el que asegura tener “algunas cosas en común”, como la edad, casi la misma, o una nariz muy parecida. “Es una lástima que naciera en Oklahoma y no en Burgos, por ejemplo. Porque se ha perdido conocer al amor de su vida, que soy yo, no Angelina Jolie”, decía.
Pero fue más allá. Quiso reivindicar su profesión, la de actores y actrices, que son mucho más que caras bonitas y vestuarios impecables. “Ambos hemos tenido que luchar contra nuestro físico para que se valoraran nuestras capacidades actorales, solo que al revés. Él ha luchado contra su belleza para demostrar que es más que un cuerpo y un rostro hermoso. Y yo contra mi falta de belleza para demostrar que sin ella también se puede ser actriz”. Unas palabras que arrancaron una gran ovación entre el público asistente en la entrega del galardón.
“Quiero aprovechar este reconocimiento para lanzar un mensaje de fuerza y de esperanza a todos y todas a quienes alguna vez les han dicho que les hace falta el físico para dedicarse a esta profesión. Para dedicarse a ella lo que hace falta es amor, esfuerzo, formación, capacidad de soñar lo que no existe, valentía para sobreponerse al miedo, respeto por ti mismo y quienes te rodean. Cultura, trabajo y devoción. Todo eso aumenta con los años y con la práctica. Todo lo demás, se lo lleva el tiempo”, ha sentenciado Blanca Portillo.