Los 80 son como los 'milkshakes' en las películas de los 80: una mezcla de ingredientes básicos, azucarados y coloridos. Son irresistibles. Y un productor que mezcle un buen puñado de 'Regreso al futuro' con una cucharada de 'Viernes 13' y un pizca de 'El club de los cinco' tendrá en sus manos una fórmula ganadora. Sí, odiamos estos 'mejunjes comerciales' y nos odiamos más a nosotros mismos por disfrutarlos.
El tema es el siguiente: la adolescente Jamie no se entiende bien con su madre -ese delicioso desdén con el que nos miran los teenagers desde su inconmensurable sabiduría- pero circunstancias fortuitas (hay un posible guiño a 'Quisiera ser grande' ahi) la hacen retroceder en el tiempo. Ya en 1987 (¿se encontrará con Marty McFly?) intentará detener los espantosos crímenes de un asesino enmascarado (sí, tipo Jason) apodado el 'asesino de los dulces 16' que, como se sabe en el futuro (2023), ese año acabó con la vida de tres estudiantes de secundaria. La pandi a la que pertenecen esas adolescentes es nada menos que la de la madre de Jamie, con la que esta se encuentra e interactúa a riesgo de crear una paradoja espacio temporal con consecuencias catastróficas, etc., etc.
Lo divertido, más allá de la estética pastel, los vaqueros lavados, las mangas abultadas, es el contraste irónico entre que se establece entre la adolescente de 2023 -con toda la carga de nueva consciencia social y discursiva actual a cuestas- y los políticamente incorrectos ochenta. A pesar de eso, Jamie tiene que infiltrarse en el grupo de las Mollys -inspirado en la eterna adolescente y megaestrella de los 80, Molly Ringwald- que capitanea su propia madre, Pam (Olivia Holt) cuya conducta, como es de esperar, difiere mucho de la de la Pam adulta (Julie Bowen, de 'Modern Family').
Si hasta ahí suena demasiado a 'Regreso al futuro' -de hecho, el chiste con esa referencia tan evidente es parte de la propia película- lo nuevo de la cinta es que mezcla este viaje en el tiempo con otro género enormemente popular en casi todos los octubres de los 80: el slasher: esto es, el de las cuchilladas propinadas por un asesino sangriento: 'Pesadilla en la calle Elm', 'Halloween', 'Viernes 13'. Un género que de hecho ya ha sido 'reinventado' (es un decir) en franquicias como 'Scream' o 'Sé lo que hicisteis el último verano', y parodiado en otras como 'Scary Movie'.
Y sí, 'Dulces y sangrientos 16' también es una reformulación y una parodia y no es nada original. Pero tiene los suficientes giros, sobresaltos y juegos con los cambios provocados por jugar con el tiempo -después de todo, estamos en tiempos del multiverso- como para hacerla disfrutable.