Es una de las grandes actrices de su generación y quiere seguir demostrándolo. Elena Anaya está de vuelta en un proyecto que no es lo que la intérprete acostumbra a hacer, una serie española. Anaya, siempre ligada al cine, estrena la comedia ‘Mentiras pasajeras’, producida por Pedro y Agustín Almodóvar con El Deseo, un proyecto que, si por algo le llamó la atención fue porque lo protagoniza una mujer de 48 años, de su edad, en donde la obsesión por la apariencia y por tener una vida perfecta forman parte de la trama central.
Sobre la apariencia la actriz ha sido clara, señalando como a las mujeres “se les castiga más cuando envejecen”, contaba a Europa Press. Sin embargo, reconoce a El País que lleva 30 años trabajando y que solo ha parado en dos momentos puntuales de manera personal y tomando ella la decisión. “No quería ser mamá y dejar que mis hijos los cuidase otra persona. Pero estoy de vuelta. He notado que es una edad complicada para recibir proyectos. Tengo muchas ganas de trabajar, llegarán”, relata.
A pesar de que en el mundo de la interpretación parece que siempre prima la apariencia, Anaya asegura ser “una persona tremendamente despreocupada. Tiendo a lo contrario que hace normalmente la gente a mi edad, que es cuidarse un poco más”.
“Llevo 30 años trabajando, también me hago mayor y me doy cuenta de que a la gente le apetece ver a gente más joven”, reconoce, aunque quiere “conseguir atravesar el bache este de la edad en la que nadie considera que tienes una edad interesante para contar cosas. Es un tema muy complicado y delicado y que padezco”.
Y ante esto Elena Anaya no oculta que se ha rebelado un poco y pide que no le retoquen las fotos. “Me gusta que se ruede sin filtros. ¿Por qué a una actriz le tienes que poner un filtro para intentar disimular el paso del tiempo y a un actor no? Tengo 48 años, dejádmelos”, reivindica.
No solo eso, sino que también se muestra orgullosa de ese paso del tiempo y de lo que significa. “Ojalá pueda contar con los rasgos de mi cara muchos años más lo que supone hacerse mayor. A mí me están pasando cosas mucho más interesantes a los 48 que a los 35 y que a los 20”, expone.
Una determinación que también ha plasmado en su faceta laboral, pues pese a ser actriz, asegura que no sabe mentir, es incapaz, y eso derivó a que le echasen de un proyecto de Hollywood. “El director me pidió ser superhonesta en la lectura de guion con todo el equipo artístico y los productores. Dije lo que pensaba. Era un guion que no hacían más que reescribir, y cada vez era peor. Me despidieron. Los demás se callaron, pero la película fue un fracaso absoluto así que no me arrepiento”, relata. Sin duda, no hay mal que por bien no venga.