El resurgir de Henry Thomas, el niño de E.T.: "El mundo parecía haberme olvidado"

Convertirse en estrella siendo un niño en pleno Hollywood siempre ha sido un arma de doble filo. Ke Huy Quan ha vuelto a escena prácticamente 40 años después de triunfar siendo Tapón en ‘Indiana Jones y el templo maldito’, mientras que Drew Barrymore, pese a alcanzar la fama con ‘E.T., el extraterrestre’, no ha tenido una vida fácil. Precisamente su compañero de reparto, Henry Thomas, ha vivido un resurgir en su carrera en los últimos años tras protagonizar en 1982 la película de aquel extraterrestre que marcó a toda una generación.

Thomas saltó a la fama tras protagonizar siendo un niño la película de Steven Spielberg, pero luego mantuvo una carrera discreta, intentando alejarse de los focos e incluso instalándose en un rancho de Oregón para que sus hijos no creciesen cerca de un entorno como el de Hollywood que, pese a su envoltorio, él sabía lo dañino que podía ser.

Flanagan, su gran salvador

Sin embargo, los proyectos que le llegaban a las manos no le llenaban del todo hasta que Mike Flanagan apareció en su vida y le convenció de que podía revivir su carrera en plena madurez tras haber sido una estrella infantil. Fue así como primero participó en ‘Ouija: El origen del mal’ para luego repetir con Flanagan como director también en ‘El juego de Gerald’ y en ‘Doctor sueño’.

Pero más allá del cine, Henry Thomas se ha convertido en uno de los rostros habituales de Flanagan en sus series de terror para Netflix. Primero con la aclamada ‘La maldición de Hill House’, repitiendo en ‘La maldición de Bly Manor’, ‘Misa de medianoche’ y en la recién estrenada ‘La caída de la casa Usher’.

Thomas ha reconocido estar “en deuda con Mike. Me tuvo en cuenta cuando el mundo parecía haberme olvidado. Como diría Elliot (su personaje en E.T.): Él vino a mí”. Tal es su agradecimiento que asegura que su papel como patriarca en ‘La maldición de Hill House’ se trata de uno de los papeles que más ha disfrutado de su carrera y uno de los que le ha hecho sentir que a sus 52 años puede seguir siendo actor.

E.T., la experiencia de su vida

Para él E.T. es una de las grandes experiencias de su vida. Con 10 años asegura que disfrutó al máximo de aquel rodaje que duró dos meses en Los Ángeles, una película que se ganó en una prueba que está considerada como una de las mejores de la historia del cine. Para Elliot acudió a la audición con su madre disfrazado de Indiana Jones donde su llanto hizo que el equipo, incluido Spielberg, se emocionasen y le diesen el papel. “Solo tenía 10 años, seguía en contacto con mis emociones primarias y me resultaba muy fácil entusiasmarme, exaltarme o llorar”, recuerda.

Una gran experiencia con cierto sabor agridulce. De un día para otro, sin que la película se estrenase, pero con la promoción en marcha, le llegó la fama y las burlas de sus compañeros de colegio. Y tras las alfombras rojas, miles de curiosos se acercaban a la granja de sus padres en busca del niño más famoso de la gran pantalla en aquel momento. "Me arrepentí muchas veces de hacer ese papel", ha llegado a reconocer. Una fama que le superó, pero decidió seguir su carrera interpretativa porque la alternativa era quedarse con el negocio familiar y tener que matar a algunos animales, algo que sigue atormentándole y por lo que intenta seguir una dieta vegetariana.

Luego llegó mucho cine, incluso televisión, como ‘Leyendas de pasión’, junto a Brad Pitt, ‘Gangs of New York’ o ‘Querido John’. Papeles que le iban curtiendo como actor, pero que le llevaban a encontrarse con papeles cada vez menos atractivos para él hasta que apareció Flanagan para devolverle la ilusión por la interpretación.