Hay una pátina como de posguerra en la última cinta de F. Javier Gutiérrez. Uno no puede dejar de pensar en Lorca, pero también en Rulfo o en Cormac McCarthy. 'La espera' reúne todos esos tonos en una cinta que tiene tanto de western como de tragedia, de comentario social como de terror sobrenatural. Todo en medio de una España amarillenta, seca, hambrienta y sembrada de culpa.
Eladio, interpretado Víctor Clavijo, es un guarda de una finca que acepta un soborno de un cazador. Sin embargo, este suceso altera toda su vida y le sumerge en un macabro descenso a los infiernos que hará que hasta su cordura esté en juego. "La tierra es familia. Ser guarda en el brocal es ser familia. Si traicionas a tu familia la tierra te maldice", así, esta 'maldición' que puede ser entendida como una agresión de la propia mente del protagonista, nos lleva a un escenario en el que el horro se va a abriendo paso con acento andaluz de resonancia universal. No en vano, según ha denunciado el propio director, solo Canal Sur apoyó la película por considerarla precisamente, muy andaluza.
El realizador decía en una entrevista en Público sentirse decepcionado por esta realidad. Confesaba además no haber cobrado por hacer la cinta, porque la consideraba necesaria, pero entiende que es insostenible desarrollar un trabajo creativo de esa manera. "He venido a España y lo que quieren y lo que se pide son películas americanas rodadas aquí", se quejaba en dicho medio.
Hollywood y el cine de género
"A mí me parece muy divertido el cine de entretenimiento, yo también he hecho una película americana puramente alimenticia, pero cuando yo tengo la posibilidad de hacer algo personal, creo que tengo la responsabilidad de intentar hacer algo para remover conciencias" dice Gutiérrez en Público refiriéndose a 'Rings', su anterior cinta, que para muchos críticos fue un eslabón fallido de la franquicia comercial de terror de origen japonés.
Es en la recuperación de su trabajo más personal, y en su reencuentro con un actor como Víctor Clavijo, que el autor ha recuperado una voz que según la crítica se confirma como una de las más originales del panorama cinematográfico actual. Y todo desde un respeto por el cine de género, tan a menudo denostado hasta hace poco. El trabajo fotográfico, meticuloso, detallista y pausado de Gutiérrez es la prueba de que algo como una cinta 'de terror' puede también ser el retrato moral de un país como el nuestro.