La historia del pueblo de la España vaciada que recuperó su cine 50 años después

  • Apenas 200 habitantes pueblan Cilleruelo de Abajo, un pueblo de Burgos que ha conseguido algo insólito: volver a tener cine

  • Cada sesión cuenta con una media de 140 espectadores, el 70% del pueblo

  • Cilleruelo de Abajo tuvo sesiones de cine hasta 1968; desde entonces, los largometrajes dejaron de tener su espacio en el pueblo

A la España vaciada le gusta el cine. Apenas 200 habitantes pueblan Cilleruelo de Abajo, un pueblo de Burgos que ha conseguido algo insólito: volver a tener cine. Collalba, la asociación cultural del municipio, ha logrado que las proyecciones vuelvan desde el pasado 30 de diciembre, cuando se programó 'La contadora de historias'. Desde entonces, el entusiasmo de los habitantes del pueblo es patente. Cada sesión cuenta con una media de 140 espectadores, el 70% del pueblo.

Apoyo municipal

El Consistorio, liderado por el alcalde, Domingo López, también ha participado en la iniciativa cediendo un local dotado con una una nueva línea de fibra.

La primera sesión de cine ha ido enriquenciéndose cada fin de semana, con momentos más estelares, como en la pasada edición de los Goya, cuando se proyectaron varias películas que concurrían a los premios, como 'Chinas'. Dos de sus protagonistas viajaron hasta el pueblo burgalés para participar en un coloquio, después del visionado de la cinta.

Medio siglo sin cine

Cilleruelo de Abajo tuvo sesiones de cine hasta 1968. Desde entonces, los largometrajes dejaron de tener su espacio en el pueblo. La intención de los responsables de la asociación cultural es recuperar el hábito de ir al cine, muy adecuado en pueblos como este, donde el invierno es largo y frío y no hay un exceso de oferta cultural. La iniciativa no es complicada desde el punto de vista técnico, por lo que se plantean replicarla en otros puntos de Burgos.

Entre los objetivos últimos, no solo ver una película, sino compartir espacio con otras personas, intercambiar ideas y forjar nuevas relaciones entre los vecinos, algo que cuenta con el visto bueno de la corporación municipal, que apoya la iniciativa económicamente.

El boca-oreja está empezando a funcionar y muchas empresas locales del municipio se han volcado con esta vuelta al cine, donando algunos de sus productos. Cada fin de semana, la sala está más llena, con personas que vienen más allá del pueblo, Los mayores son otros de los beneficiados: a algunos se les pasaba el invierno sin salir a la calle. El cine es un aliciente.

En cuanto a títulos, de momento, es la asociación Collalba la que está ejerciendo de programadora. Pero, según indican, la intención es que sean los propios vecinos quienes elijan las cintas que quieren ver. Y, de ahí, quizá a pensar en otras actividade que les permita seguir disfrutando de la vida en comunidad.