Piti Alonso nació para pisar alfombras. No lo decimos en el sentido relamido o cursi que se le puede dar a esta expresión, sino como un derecho que se ha ganado a pulso con esfuerzo y trabajo duro durante años de profesión. No posa, no hace declaraciones y ni siquiera tiene obligación de sonreír. Pero tiene en sus manos el éxito, al menos en buena parte, de toda alfombra roja. Él es, junto a su equipo de DYP Comunicación, quien organiza este simbólico pasillo enmoquetado que marca el camino de las celebridades y personalidades importantes del país hacia una entrega de premios, una gala o cualquier otro evento. De todo ello nos habla con un gran sentido del humor y el placer de saber que una buena organización le ahorrará horas de insomnio.
Las alfombras más renombradas de las que hace cargo son las de los Premios Goya y el Festival de Cine de Málaga. "En ellas he vivido muchos ratos de gloria junto a los auténticos protagonistas, los actores y los reporteros, pero tambén algunos de verdadera pesadilla, lidiando con los tiempos y tratando de que todo fluya según lo establecido y siguiendo un orden riguroso", nos cuenta.
Hay quien le llama pastor de egos y admite que, efectivamente, en toda alfombra roja hay mucho ego que necesita contención. Piti habla con desparpajo, pero sin soltar prenda de lo que se esconde bajo este glamuroso tapiz. Y vaya si sabrá secretos después de 25 años de oficio. Reconoce que entre las estrellas que desfilan las hay divinas, pero también alguna más antojadiza, pesada o exigente. "Ya se sabe qué actores hablan mucho y que habrá que tirarle del traje para que no retrase las entrevistas que vienen después. Se le deja que termine la frase, pero hábilmente se le frena antes de pasar a la siguiente pregunta". De la más incómoda no menciona su nombre, pero a pocas palabras, buen entendedor: "Actor francés muy conocido, polémico y con algún asunto turbio con la justicia…"
Alfombrar el suelo que pisan las celebridades no consiste en desplegar los 100 metros de tela que guían a las estrellas hasta el interior de la sala. "La organización empieza mucho antes con un trabajo de oficina, gestiones con muchos agentes que intervienen en cada evento. Hay mucha gente alrededor. Unos 250 medios acreditados (75 son fotógrafos) y 600 personas de diferentes profesiones pululando. En nuestro equipo somos unas 20 personas. Para el actor la gala empieza varias horas antes en el hotel, cuando está en albornoz y le llega el maquillador, el estilista, el peluquero. Sabe que ya no va a parar hasta la una de la madrugada".
Es consciente de que, por muy bien planificado que esté todo, siempre puede haber un imponderable. "Por eso, para poder improvisar y reaccionar, todo tiene que estar muy estructurado y minuciosamente ordenado para que todo salga impecable. Desde la llegada de actores y directores y sus posados a la conexión con los medios de comunicación, cada detalle es importante".
¿Quién es este hombre que a veces se sorprende a sí mismo con unos cuantos bolsos al hombro para que las actrices luzcan mejor su outfit en el photocall? Su nombre completo es José María Alonso Fraga. Lo de Piti se lo debe a su abuelo, que emigró desde Foz (Lugo) a Nueva York y de vuelta a Galicia, ya con el padre de Piti en brazos, este se quedó con el apodo de El Pitinglish. Él también salió de Foz, su localidad natal, pero no llegó, kilométricamente hablando, tan lejos como el abuelo. "Vine a Madrid a estudiar a la facultad de Ciencias de la Información, en la Universidad Complutense. Después de trabajar en varias revistas, algún periódico y una agencia, acabé montando, junto a David Sánchez, mi socio, DYP Comunicación, una agencia especializada en la promoción del cine español. De eso han pasado ya 24 años. Fuera de mi trabajo, soy un hombre corriente que disfruta del cine, la lectura, los amigos y el resto de mi gente. Cuando echo de menos el mar, vuelvo a Foz".
Su profesión podría definirse como relaciones públicas. Reconoce que a ratos puede ser agotadora, pero fascinante. Merecería tener su propia estrella en el paseo de la fama, incluso podría sentirse ya con un trozo de terrazo teniendo en cuenta que a menudo le paran por la calle y le reconocen. "Me llaman el de los photocalls y es algo que me hace gracia". También él conoce a todo el mundo. Ha ejercido de jefe de prensa de películas de Alejandro Amenábar, Julio Médem y Álex de la Iglesia, entre muchos otros. También como actor tiene su propia historia en el cine español. Hizo varios cameos en algún capítulo de ‘Paquita Salas’, con los 'Javis', y también en 'El calentito', con Chus Gutiérrez, o 'Sólo química', con Alfonso Albacete.
Piti ama el cine y lo transmite en la alfombra roja cuidando con el mismo celo el cortometraje y las grandes producciones. A las estrellas consagradas y a las últimas promesas. Para cada una reserva su tempo. Lo que más le enerva del oficio son las listas de las mejores y peores vestidas que publican los periódicos el día posterior a cada gala. "No solo en raras ocasiones se menciona a los hombres, sino que los criterios son sospechosos. Las alfombras rojas son un escaparate de la moda española y detrás de cada outfit hay un equipo de estilistas, modistos y diseñadores. Deberíamos cuidar más estas cosas. No me parece correcto que un señor desde el sillón de su casa se permita elaborar una lista puntuando sin más criterio que su opinión personal", se queja.