Es imposible recorrer el cine español de los años 80 y de los 90 sin encontrarse con Gabino Diego (Madrid, 18 de septiembre de 1966) cada dos por tres. A espaldas de sus padres debutó en el cine con “Las bicicletas son para el verano”, de Jaime Chávarri. Corría 1983. La sonrisa le duró poco, pues las críticas fueron tan duras que decidió poner tierra de por medio y marcharse a Australia. A su vuelta, decidió recurrir a expertos como Cristina Rota, Dina Roth, Agustín Alezzo, John Strasberg o Dominic de Fazzio para dar cursos de todo tipo y ampliar su talento natural.
A partir de ese momento, se convertiría en uno de los actores de moda en España gracias a títulos como "El viaje a ninguna parte", "El rey pasmado" o "¡Ay, Carmela!", siendo gracias a la última por la que ganó un Goya.
No fueron esos los únicos éxitos en el cine del actor, ya que en los 90 participó en "Los peores años de nuestra vida", "El amor perjudica seriamente la salud" y "La hora de los valientes". Mención aparte merece "Belle Epoque", con la que saboreó el éxito de ganar un Oscar a Mejor Película en lengua extranjera. Su época de mayor esplendor en la gran pantalla se fue acabando y su último taquillazo fue "Torrente 2", a las órdenes de Santiago Segura.
En la actualidad está centrado en el teatro, donde ha protagonizado obras como "El apagón", "Nuestras mujeres", "El intercambio" o "Los mojigatos".
A pesar de su aspecto juvenil, incluso con rostro y aire adolescente, Gabino Diego cuenta ya 57 años y es padre de Sara, que tiene 26, fruto de la relación del actor madrileño con la catalana Rosa Boladeras, seis años más joven que él. Se conocieron en el reparto de un espectáculo musical, congeniaron y vivieron un tiempo entre Madrid y Tarrasa, la ciudad donde ella nació en 1972.
Gabino Diego se mantiene alejado de los focos del cine, pero, como hemos dicho, no de los escenarios de los teatros. Su última obra “La Curva de la Felicidad”. En la que él mismo, junto a Antonio Vico, Josu Ormaetxe y Jesús Cisneros responden sobre los escenarios a la pregunta ¿es cierto que los hombres sufren una crisis a los 50?
Una comedia dura como la vida misma, en la que Gabino da vida a Quino, el protagonista, de 50 años, guionista de televisión, víctima del trabajo inestable y en plena crisis de los cincuenta, tras ser abandonado por su mujer "por gordo y por calvo". Hasta la fecha ha vivido en un piso amplio del centro de la ciudad, pero su mujer ha abandonado la vivienda familiar y espera que Quino la venda para recibir la mitad de su precio. La venta del piso le provoca una enorme angustia de carácter estresante porque, entre otras cosas, significa la pérdida definitiva de Carmen... Y él querría volver con ella por inseguridad y dependencia.
De momento Gabino no tienen en mente ponerse ante los focos de las cámaras para hacer cine.