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En la lista de los 100 mejores villanos de la historia del American Film Institute, solo cinco mujeres aparecen entre los veinte primeros. Dos son brujas (las de El Mago de Oz y Blanca Nieves), una es una enfermera desalmada (la de 'Alguien voló sobre el nido del cuco'), una es una amante despechada y psicópata ('Atracción fatal') y la otra es Kathy Bates.
En realidad es Annie Wilkes, personaje creado por Stephen King para su novela 'Misery' llevada al cine por Rob Reiner en 1990. ¿Quién es Wilkes y por qué es considerada más mala que Drácula o Terminator? Es una mujer terriblemente sola. Bueno, también es una asesina en serie absolutamente despiadada, pero la actuación de Bates hace que el personaje sea tan complejo y retorcido que el propio Stephen King considera 'Misery', la película, una de sus adaptaciones favoritas de sus propios libros.
Kathy Bates es una actriz brillante a menudo disminuida por la mirada cruelmente normativa de espectadores y crítica, así lo deja ver en una de sus entrevistas más recientes concedida al New York Times, en la que afirma estar agotada, que nunca se ha sentido realmente una estrella y que el precio que ha tenido que pagar por tener una carrera de éxito ha sido mucho más alto que el de otras compañeras con las que siempre se las comparaba para humillarla, como Michelle Pfeiffer o Jodie Foster.
Bates, de hecho ya pensaba en retirarse definitivamente hace unos meses, cuando el rodaje de una de sus últimas películas fue malo, pero el guion de 'Matlock' un inesperado reboot de una serie de los 80 sobre un peculiar abogado, terminó por convencerla de aparcar el retiro temporalmente. Pero será el último. "Será mi último baile" decía en el medio norteamericano. Y aunque admitía que el papel de Madeline Matlock (el personaje de la serie original de la que Bates era fan se llamaba Ben Matlock y era interpretado por Andy Griffith) era una invitación a darlo todo -"Todo por lo que he rezado, por lo que he trabajado, por lo que he luchado, de repente me piden que lo use todo”- esto mismo la ha dejado exhausta.
Es probable que Kathy Bates sea siempre recordada como la Annie Wilkes que le valió el Oscar en 1990, pero ha participado en más de sesenta películas y varias de ellas tienen el estatus de clásico, de 'Dolores Claiborne' a 'Titanic'. Seguramente será echada de menos en el mismo Hollywood que fue tan cruel con ella en su momento.