En el verano de 1976, mientras se realizaba a toda prisa la postproducción de una pequeña cinta independiente llamada 'Star Wars', no existía el Autotune. Así que cuando el fisicoculturista David Prowse hacía la voz de Darth Vader con un acento aflautado de granjero británico, no había nada que se pudiera hacer para corregirla. De resultas, James Earl Jones, que grabó toda la parte de Vader, según sus propias palabras, en "dos horas y media", terminaría completando la personalidad del que sería el villano más icónico de la historia del cine.
El actor de 93 año y de formación clásica -era ducho en el teatro shakesperiano- fallecía este lunes según comunicaban sus agentes, y las redes no han tardado en llenarse de mensajes de condolencias. Uno de los más significativos es precisamente el de Mark Hamill, Luke Skywalker en la saga y por lo tanto hijo del célebre personaje interpretado por Jones.
Hamill se ha querido sumar a las muestras de aprecio con un sencillo pero significativo: "Descansa en paz, papá' que ha publicado también en sus redes sociales.
Curiosamente ambos actores serán también recordados por otras 'voces icónicas', pero está vez de la animación: James Earl Jones es la eterna voz de Mufasa el padre de Simba en 'El Rey León', el clásico de Disney, mientras que Hammil hizo suya la voz del Joker más icónico de la tele, en 'Batman, la serie animada' durante nada menos que 15 películas, 15 series distintas y casi 400 episodios y 100 horas de televisión.
Curiosamente también, los actores nunca coincidieron en las pantalla ya que la voz de Jones era grabada después del rodaje y en la única escena en que Darth Vader se quita el casco, en la escena de su muerte, fue el actor Sebastian Shaw el encargado de ponerle el rostro.
Actor de carácter y formación clásica, de ascendencia afroamericana e irlandesa, Jones era hijo de un actor frustrado -que abandonó a su familia para perseguir sus sueños- y fue criado por su madre y sus abuelos. Las dificultades de su infancia hicieron que el niño desarrollaría un tartamudeo crónico producto de su inseguridad, por lo que pasó sus primeros años de escuela ocultando su voz y sin querer hablar en público. Pero el milagro ocurrió cuando tenía 13 años y uno de sus profesores hizo que descubriera que tenía un don para la poesía e insistió en que leyera cada día un poema en clase, lo que terminó haciendo que su problema desapareciera.
Había nacido una voz legendaria.