Winona Ryder y Keanu Reeves se casaron hace 30 años: "Lo hizo un cura de verdad"

La historia que envuelve a Keanu Reeves y Winona Ryder es un testimonio curioso del destino, el cine y la espiritualidad, pero también una muestra de cómo un acto en apariencia ficticio puede adquirir unas dimensiones inesperadas. Se trata de una anécdota curiosa que habla de la autenticidad de ciertas películas de Hollywood, y todo se remonta a una escena de la película “Drácula, de Bram Stoker” (1992), dirigida por Francis Ford Coppola. En ella los personajes de Reeves y Ryder, Jonathan Harker y Mina Harker, celebran un matrimonio bajo los ritos ortodoxos griegos, en una ceremonia que, para sorpresa de muchos, resultó ser real.

Boda en el set pero matrimonio "real"

El propio Coppola ha confirmado en diversas entrevistas que, durante el rodaje de esta escena, contrataron a un sacerdote rumano auténtico, quien llevó a cabo la ceremonia de manera oficial siguiendo todos los ritos religiosos ortodoxos. La idea del director era conseguir un mayor realismo en la película. De hecho, Coppola declaró en su momento: “Es muy auténtico y creo que muy bonito, porque realmente hicimos la ceremonia y tuvimos un sacerdote que la oficiara. Así que, de alguna manera, cuando acabamos, nos dimos cuenta de que Keanu y Winona estaban casados de verdad”.

La escena fue grabada en su totalidad, siguiendo cada paso de una ceremonia ortodoxa griega. Winona Ryder, años más tarde, reveló en una entrevista que no fue hasta bastante tiempo después que ambos comenzaron a bromear sobre estar "casados de verdad", ya que no se dieron cuenta del impacto que tenía la presencia de un verdadero sacerdote en el set. "Lo hicimos todo. Hicimos toda la ceremonia. Y creo que estamos casados", dijo Ryder en tono medio serio, medio jocoso.

Esta extraña situación ha generado desde entonces una especie de leyenda dentro de Hollywood, tanto para los fans como para los propios protagonistas. Reeves ha comentado en varias entrevistas que, si bien no recuerda muchos detalles de aquel día, el hecho de que un sacerdote de verdad realizara la ceremonia fue lo que selló la idea de que, "ante los ojos de Dios", están casados. Aunque en términos legales, no existe ningún tipo de registro sobre la existencia de ese matrimonio, lo que hace esta historia aún más divertida es que ninguno de los dos actores ha pensado en anular formalmente dicha "unión".

Winona Ryder, por su parte, ha bromeado en más de una ocasión, refiriéndose a Keanu Reeves como su “esposo”. En 2018, mientras ambos promocionaban la película "La boda de mi ex", Ryder le recordó a Reeves la anécdota, lo que llevó a Reeves a exclamar en broma: "Oh, Dios mío, estamos casados".

Francis Ford Coppola y su búsqueda de autenticidad

La obsesión de Francis Ford Coppola por conseguir una mayor autenticidad en sus películas lo ha convertido en uno de los directores más reconocidos y respetados de la industria. En este caso particular, esa búsqueda lo llevó a optar por realizar una boda real, en lugar de simularla. Originalmente, Coppola no quedó satisfecho con la primera toma de la escena del matrimonio con un sacerdote que no lo era en realidad, y decidió regrabarla en Los Ángeles, esta vez con un sacerdote real. Además, todo está grabado desde la entrada al altar hasta los votos finales. La escena no solo resultó ser visualmente impactante en la película, sino que también añadió un toque de misticismo a la relación entre Keanu y Winona.

Amigos más allá del matrimonio “ficticio”

La relación entre Keanu Reeves y Winona Ryder no se limita a esta curiosa anécdota cinematográfica. Ambos actores han compartido una relación muy cercana a lo largo de los años. Según Ryder, ella ha tenido a Keanu como un gran apoyo emocional en varios momentos de su vida, en especial durante los años más difíciles de su carrera, como cuando se enfrentó a varias acusaciones legales durante la década de los 2000.

Reeves también ha expresado su admiración y respeto hacia Ryder, y su relación profesional se ha extendido más allá de "Drácula". Ambos han colaborado en otras producciones, como la comedia romántica "La boda de mi ex" y en "A scanner darkly", demostrando que su química en pantalla va más allá de una boda de ‘mentirijilla’ ocurrida durante el rodaje de la película de Coppola.

Resulta curioso como este tipo de historias añade una capa de mitología a las producciones de Hollywood, donde los límites entre la ficción y la realidad a veces se difuminan. La escena del matrimonio, grabada para dar vida una vez más a la mítica historia de Drácula, terminó uniendo a dos actores que, sin planearlo, se convirtieron en una especie de "esposos", aunque solo fuera en el plano espiritual.

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