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'¿Es el enemigo? La película de Gila': el humorista que sigue llamando aunque nadie se ponga

Gila es a España lo que los Monty Phyton a Inglaterra. No se parecen en nada, pero se parecen en todo. Allí está, por ejemplo, esa vocación compartida por lo absurdo como crítica social, pero sobre todo por que ambos actos logran encarnar la idiosincrasia de sus respectivos países. Los Python son el humor inglés de la misma manera en que Gila es el humor español. Con toda su complejidad y sus simplezas, sus contradicciones y sus traumas.

Si alguien cree que esto es exageración, solo tiene que recordar el verdadero origen de la comedia de Gila, que está en aquel día de 1938 en que lo fusilaron pero, según su legendaria frase, lo "fusilaron mal" porque los miembros de la cuadrilla franquista que apuntó y disparó estaban borrachos como cubas después de saquear una casa vecina y violar a su dueña. Una escena costumbrista.

Han pasado casi 90 años del alzamiento franquista y 20 de la muerte de Gila y puede que su sentido del humor esté lejos de las nuevas generaciones, pero lo cierto es que seguimos "teniendo un follón con Guerra". Tal vez porque a la dictadura, como a Gila, la fusilamos mal. Sea como sea, la película se centra en aquellos años de juventud del humorista: en el Madrid de 1936, un joven llamado Miguel Gila vive tranquilo y feliz con sus abuelos en una humilde buhardilla. Pero el estallido de la Guerra Civil obliga a Miguel, junto a su amigo Pedro, a acudir a la lucha. Allí Gila intentará sobrevivir a miserias, batallas, al fusilamiento y a la cárcel gracias a su humor.

El humor de los vencidos

Derrotada la República, el joven Gila pasó luego por varias cárceles y fue obligado a hacer el servicio militar para ese mismo ejército que lo había fusilado sin éxito. Paradójicamente, fue mientras fungía de chofer de un coronel que empezó su andadura como comunicador, primero como colaborador en Radio Zamora y luego en el periódico Imperio, dentro de la Prensa del Movimiento. Luego vendrían sus aventuras como humorista gráfico y posteriormente, en 1951 su salto a la comedia en directo cuando ya en Madrid se subió como espontáneo al escenario del teatro de Fontalba, donde contó un improvisado monólogo sobre su experiencia en la guerra, una temática que marcaría toda su carrera. El resto es historia: España necesitaba a Gila, quizás más de lo que el propio Gila necesitaba a España, ya que años más tarde tendría que exiliarse por 'adúltero'.

Dirigida por Alexis Morante '¿Es el enemigo? La película de Gila' se suma otras como '¿Saben aquel?', que recuperó la figura de otro humorista españolísimo (además de catalanísimo), el gran Eugenio. Una suerte de rescate de ese humor desacelerado que ahora resulta resabido e incluso ingenuo, pero que no solo no deja de hacernos reír sino que conviene seguir examinando siempre. Porque cuando Gila escenificaba un diálogo telefónico que era en realidad un monólogo, igual nos estaba hablando de esa maldita incapacidad de comunicación entre los frentes de este país.

¿A quién llamaba entonces Gila, el humorista célebre que lo tuvo todo y murió sepultado en deudas, el hombre que abandonó a su hija pero que era capaz de dar una propina de 500 pesetas a cualquiera? Tal vez llamaba al futuro, pero nadie se puso.