Hasta cuatro veces había estado Antonio Banderas nominado a un Goya. Tres, de la mano de Almodóvar. Por fin lo ha ganado, por 'Dolor y Gloria', también del manchego. No podía ser de otra manera. Y ha sido precisamente con el personaje más íntimo y personal concebido jamás por el cineasta. Tanto, que prácticamente es él mismo. "Cuando voy a volver a tener la oportunidad de representar al personaje que dirige la película", ha reconocido Banderas al recoger la estatuilla.
"Si mi cardiólogo está viendo esto estará flipando, porque me va a salir el corazón por la boca", ha empezado el actor. Una broma que demuestra su talante, cuando se cumplen exactamente tres años desde que sufriera un infarto.
Enseguida, tras romper el hielo, se ha dirigido al otro coprotagonista de ese premio. El hombre que se ha atrevido a crear un personaje de sí mismo y entregarlo al público. La Academia se lo ha recompensado. Goya a la mejor película. "Hemos pasado muchas cosas, hemos pasado la movida, hemos hecho ocho películas. Nunca he conocido un cineasta con la lealtad que tienes a tu cine. Nunca te has traicionado", ha continuado Banderas. "He aprendido tanto de ti del cine y de la vida. Ha habido lecciones extraordinarias. Los mejores trabajos los he hecho contigo. Espero que los círculos no se hayan cerrado y sigamos jugando juntos".
Antonio Banderas ha tenido también recuerdos para sus compañeros. Leo Sbaraglia, Asier Gómez Etxaindía o Julieta Serrano , de quién ha dicho que es su madre almodovariana. El intérprete ha terminado volviendo al peor episodio de su vida, el ataque sufrido en 2017. "Ahora que se cumplen tres años de que me dio un ataque al corazón puedo decir que no solo estoy vivo sino que me siento vivo".