A Arturo Ripstein (77 años) no es que le guste incomodar, es simplemente que no se rinde ante la tendencia que, según él, hoy triunfa: "la ausencia de lo ofensivo, un cine cómodo. Y lo instantáneo", contaba en una entrevista con El País al hilo de su último estreno. 'El diablo entre las piernas' llega este 26 de febrero en España, una cinta que le valió el premio a la Mejor Dirección en el pasado Festival de Málaga y que narra la historia de una pareja de personas mayores, sus celos, vejaciones y pasiones, escrita por su compañera cinematográfica y sentimental desde hace más de 35 años, Paz Alicia Garciadiego.
En la ronda de entrevistas promocionales, que ha hecho desde su casa de Ciudad de México a causa de la pandemia, el director de cintas clave de la cinematografía mexicana como 'Cadena Perpetua' (1978) y 'El lugar sin límites' (1977) como pone en palabras la reivindicación implícita en su arte, ¿acaso el sexo tiene edad? ¿Desaparece el impulso cuando hay pellejo?
Los protagonistas de 'El diablo entre las piernas', interpretados por Silvia Pasquel y Alejandro Suárez son una pareja de ancianos que se odia, que vive en un "eterno martes", porque, como contaba a El País Repstein, "el martes es la jornada más lamentable; no es ni el principio, ni el medio, ni el final", y en ella la búsqueda de sexo juega un papel clave. Una historia que Garciadiego no escribió pensando en ser rodada, lo que, asegura el director al periódico La Razón, equivale a "escribir en libertad y sin la maldita viabilidad en la cabeza hacía no tener estorbos". Recogemos las mejores reflexiones del director mexicano sobre sexo y edad:
· "El sexo, en la película y fuera, es una manera de liberar angustias, dolores, horrores y maledicencias".
· "El sexo a muchos no nos libera, sino que nos esclaviza. Es formidable y terrible... porque sin misterio el sexo se vuelve gimnasia".
· "Esta noción de que los viejos se vuelven sedentarios y dulces solo ocurre en unos pocos casos. Las tensiones sexuales ocurren siempre, las pasiones juveniles también son seniles, e intensas, a pesar de la imposibilidad de demasiado movimiento".
· "Hay un momento en el que uno se mira al espejo y se da cuenta de que es un pellejo. Me interesaba explorar mi propia experiencia, porque yo no me volví un viejo domesticado, dulce o encantador".
· "Me importa mucho contar que la sangre sigue calentándose y sigue empujando a las pasiones propias de la juventud. Aunque ello a veces resulte en consecuencias feroces".