Clint Eastwood estaba destinado a convertirse en un galán, un actor de esos que viven de su físico y cuando el óxido del tiempo marca los primero surcos en el rostro quedar apartado para sobrevivir gracias a personajes secundarios. La historia se escribe a base de casualidades y el azar quiso que Eastwood aceptara la propuesta de un desconocido Sergio Leone que tenía previsto viajar a España para rodar 'Por un puñado de dólares', un 'western' de producción hispano italiana que 'a priori' no contaba con muchas papeletas de triunfo. A finales de 1963, el de San Francisco no tenía mucho que perder, firmó un contrato de 15.000 dólares por 11 semanas de rodaje, se entrego a aquella aventura y acertó de pleno. Con Sergio Leone nació el 'spaguetti western' y con Clint Eastwood el vaquero rudo, de moral ambigua que se metió en el bolsillo a la crítica y al público.
Mucho ha llovido desde entonces, hoy a punto de cumplir 90 años puede presumir de haber construido una carrera repleta de personajes y de películas inolvidables. Tras una interminable lista de películas que supera el medio centenar, amagó con retirarse cuando estrenó 'Gran Torino', pero 10 años después decidió aparcar la idea de la jubilación y volver a ponerse detrás de la cámara para dirigirse a sí mismo. "Diré adiós sin despedirme. Me gusta lo que hago, por eso me hice director hace 50 años. Todavía no he llegado a esa edad en la que necesito que me apunten el diálogo. Cuando llegue ese momento, me retiraré", se justificaba ante el estreno de 'Mula', de momento su último trabajo como director y como protagonista.
Basada en en hechos reales, 'Mula' parte de un guion de Nick Schenk inspirado en una serie de artículos de Sam Dolnick publicados en The New York Times. Narra la historia de Earl Stone (Leo Sharp en la vida real), un veterano de la Guerra de Corea que para evitar la bancarrota se convirtió en conductor del cártel de Sinaloa. Sharp pasó grandes cantidades de droga por la frontera antes de acabar detenido por la DEA con 100 kilos de cocaína en su furgoneta. Eastwood encarna a un narcotraficante de 90 años que le sirve para engendrar a otro de sus héroes reservados, taciturnos y enigmáticos. "Procuro interpretar personajes que son peores que yo, o al menos quiero pensar eso", desvelaba el director días antes del estreno.
'Mula' surge como una vuelta de tuerca más en su carrera, si es que a estas alturas fuera posible girar más a quien dio vida a Harry el Sucio, un detective irreverente, cínico y heterodoxo, si fuera posible elevar al olimpo a quien de verdad triunfó cuando decidió ponerse detrás de las cámaras, cuando nos regaló joyas como 'Sin perdón', 'Mystic River', 'Million Dollar Baby', 'Invictus', 'Medianoche en el jardín del bien y del mal', 'Gran Torino' y, con el debido respeto, 'Los Puentes de Madison', una de las historias de amor más bellas del Séptimo Arte. Por cierto, todas ellas (y algunas más) rodadas con más de 60 años. Cuando otros cuentan los días para la jubilación, Clint Eastwood regaló al mundo la mejor versión de sí mismo.
Se trata de la sexta vez que Eastwood se dirige a sí mismo, la última fue en 'Gran Torino' (2008); y de algún modo, el actor entrelaza a sus dos protagonistas, son dos ermitaños que a modo de defensa han construido un muro para ocultar sus sentimientos.
De la mano de Stone, Clint Eastwood reflexiona sobre inexorable, brutal e imparable paso del tiempo, pulula por las relaciones familiares, esas que te llevan a hacer las mayores locuras; de hecho en su caso acaba convertido en traficante para no fallar a su nieta, para evitar errores del pasado cuando fracasó con su mujer y su hija.
Crea un anciano en situación angustiosa, un anciano que a pesar de su sentimiento de culpa, vive la vida tal como le llega. Su actuación se justifica gracias a un físico enjuto, a sus peculiares andares y a una mirada penetrante que fulmina cada vez que da la réplica. Tanto el Eastwood actor como el director, ambos, juegan con los silencios, silencios que completan con una banda sonora potente.
Con un lenguaje formal clásico, Eastwood no presenta un relato benévolo, mueve la cámara a la manera tradicional, un estilo que ya se ha convertido en marca de la casa, con fotografías que surgen en la pantalla convertidas en cuadros que rezuman una innegable belleza.
Al Eastwood protagonista le acompañan en el reparto Bradley Cooper, convertido en el agente de la DEA que investiga a Stone, y Andy García, metido en la piel de un narcotraficante mexicano sin nombre. Quizá por eso, 'Mula' no pretende juzgar a nadie. "Creo en la igualdad total de los hombres. Cada uno tiene derecho a hacer lo que quiera con su vida, siempre y cuando no hagas daño a nadie. No me veo como un conservador, pero tampoco soy de izquierdas. Con el tiempo he construido mi propia filosofía: vivo y dejo vivir. Desde niño me molesta la gente que dice a los demás cómo llevar sus vidas". A las puertas de los 90, Clint Eastwood continúa siendo un héroe incombustible.