Él parecía un héroe de William Shakespeare. Ella, una heroína de Jane Austen. Kenneth Branagh y Emma Thompson o, como los apodó cariñosamente la prensa, "Ken & Em", eran el matrimonio favorito de Hollywood a principios de los 90: guapos, británicos e intelectuales. Su divorcio se precipitó cuando él mantuvo una aventura con Helena Bonham-Carter durante el rodaje de 'Frankenstein', pero aquella infidelidad no se descubriría hasta hace poco tiempo. La historia que se contó en su día fue muy diferente.
La pareja se conoció en 1986, en el rodaje de una miniserie de la BBC basada en la novela de Olivia Manning 'La gran fortuna'. Ambos eran eruditos de la literatura británica, aunque él reconocía que estaba en una fase promiscua. "Creo que trabajar tan duro me dio la excusa para ser más... pícaro de lo que hubiera deseado”, ha admitido Branagh, que señala a Thompson como la persona que "trajo sabiduría, comprensión y paz y se convirtió en el centro de mi vida".
Ella había tenido alguna relación con compañeros como Hugh Laurie, el protagonista de 'House', a quien años después Thompson describiría como “adorable” y “una de esas personas que consigue ser taciturnamente sexy, como una anguila bien dotada”. Pero era Branagh quien se llevaba la palma en cuanto a ligues, tan apasionado por el arte que se enamoraba de todas sus compañeras de reparto, según contó un amigo suyo.
"Ken & Em" se casaron en agosto de 1989. El vestido de flores rosas de la actriz provocó un debate en la sociedad británica, pero la felicidad del matrimonio no admitía opiniones: el éxito de 'Enrique V', con la que debutaron en el cine como director y como actriz, fue el colofón para un año que les cambiaría la vida. Hollywood les invitó por la puerta grande. La película recibió tres nominaciones al Oscar, dos de ellas (dirección y actor) para Branagh y él escribió sus memorias. Tenía 29 años.
Para cuando aterrizaron en Estados Unidos ya no eran “Ken & Em” sino "los nuevos Laurence Olivier y Vivien Leigh". Branagh explicaba cómo su esposa le había inspirado a pensar a lo grande y ser ambicioso con sus proyectos, en los que ella siempre tenía un papel destacado como actriz.
Thompson recordaría aquellos años en Los Ángeles como "una época tremendamente emocionante y muy feliz". Estaban rodado el thriller 'Morir todavía', tenían "una preciosa casa con piscina" y ambos estaban a dieta: "Teníamos que estar delgados y ninguno de los dos éramos de constitución esbelta. Recuerdo tomar muchos productos dietéticos".
Su colaboración continuó triunfal con 'Los amigos de Peter' y 'Mucho ruido y pocas nueves', pero para el estreno de esta última ella era mucho más famosa que él gracias al Oscar que ganó por 'Regreso a Howard's End'. Al año siguiente recibió otras dos nominaciones a la vez (un hito solo conseguido por once intérpretes en toda la historia) por 'Lo que queda del día' y 'En el nombre del padre'. Por el contrario, 'Frankenstein' generó pérdidas millonarias y fue masacrada por la crítica. Ahí empezó a rumorearse que Branagh no llevaba bien el éxito individual de su esposa.
En su quinta película, Branagh prescindió por primera vez de los servicios de Thompson como actriz. En su lugar, el papel femenino lo interpretaría Helena Bonham-Carter. Branagh y ella se conocían desde hacía años, cuando coincidieron en un recital de poesía en un barco que surcaba el Támesis. Y la actriz conocía a Thompson porque acababan de rodar juntas 'Regreso a Howard's End'.
Mientras tanto, Emma Thompson rodaba 'Junior' (sí, aquella comedia en la que Arnold Schwarzenegger se quedaba embarazo) y al terminar abordó el proyecto más ambicioso de su carrera: protagonizar y adaptar 'Sentido y sensibilidad' de Jane Austen. Escribir aquel guion fue una de las experiencias más dolorosas de su vida: para entonces, su marido ya había iniciado una relación con Bonham-Carter.
"Me pasé meses deprimida, infeliz y arrastrándome al ordenador llevando el mismo camisón todos los días", confesaría después. Al terminarlo ingresó en una clínica de Surrey llamada Grayshott Hall para recibir un tratamiento por agotamiento. Su todavía marido la visitó una vez y, al marcharse, Thompson le dijo a otro paciente "No tendría que haberse molestado, yo solo quiero dormir".
Emma Thompson se presentó en el set de 'Sentido y sensibilidad' llena de tristeza, sin saber que el destino le tenía reservada una sorpresa fruto de la magia. O así les gusta contar la historia a ella y a Greg Wise. Él había acudido a la consulta de una amiga tarotista, Helen, que le había advertido que encontraría al amor de su vida en su siguiente rodaje. Al llegar, asumió que se trataba de Kate Winslet y la invitó a salir.
Wise y Winslet se aburrieron tanto durante su cita en Glastonbury que ella le sugirió que lo intentase con Thompson. Él no se lo había planteado porque estaba casada y era siete años mayor que él. "Kate dijo que éramos perfectos el uno para el otro", recordaría Wise años después, “y me contó que el matrimonio de Emma se había acabado. Todo estaba destinado a suceder, tal y como mi amiga Helen me había advertido.
"Empecé aquel rodaje muy triste", contaría Thompson, "Pero en cuanto comenzamos a rodar volví a la vida. Greg me rescató de la depresión de tantas formas diferentes y 'Sentido y sensibilidad' es una de las películas más alegres que he hecho en mi vida".
El 29 de septiembre de 1995 los Branagh anunciaron su separación. Ambos sabían que, al día siguiente, una revista iba a publicar fotografías en portada de Thompson entrando en casa de Wise de noche y saliendo por la mañana. "Dios, no me preguntéis", suplicó la actriz a los reporteros que se agolparon en su casa, "Ni siquiera puedo encadenar una frase completa".
La revista People especuló con que el motivo de la ruptura era que "no había suficiente contacto entre Branagh y Thompson... o quizá es que ha habido demasiado contacto entre Thompson y su compañero en 'Sentido y sensibilidad'". También se rumoreó que ella quería tener hijos y él no, citando unas declaraciones de la actriz en las que aseguraba que su reloj biológico estaba en marcha pero que el de su marido no: "Ken está tan cansado que sus espermatozoides van en muletas".
A pesar de las acusaciones de esposa infiel, la imagen pública de Thompson no se vio damnificada por los cotilleos. El matrimonio llevó la separación con tal discreción que la historia no dio más de sí en la prensa y, unos meses después, la actriz ganaba su segundo Oscar (esta vez como guionista) por 'Sentido y sensibilidad'.
A diferencia de la relación entre Thompson y Wise, no había pruebas de que Branagh y Bonham-Carter estuvieran juntos así que pudieron negarlo durante cuatro años. Lo confirmaron en 1997, cuando se fueron a vivir juntos (la actriz vivió con sus padres hasta los 31 años), y se separaron en 1999. "Realmente no viví con Ken", admitió Bonham-Carter, "¿Trabajé con Ken? No puedo recordar nada. Y hay una razón por la que los recuerdos desaparecen".
No fue hasta 2012 que Emma Thompson, quien sigue casada con Wise y tienen dos hijos, reveló que había sufrido la infidelidad en su primer matrimonio. Y lo hizo evocando una de las escenas más emblemáticas de su carrera: aquella de 'Love Actually' en la que descubre que su marido ha comprado un collar de diamantes para otra mujer porque a ella le ha regalado un triste CD de Joni Mitchell.
"Esa escena es muy popular porque todo el mundo ha vivido algo así. Ken me rompió el corazón y sé lo que es encontrar un collar que no es para mí. No es que ocurriera exactamente así, pero todos hemos atravesado una situación similar. Yo he tenido mucha práctica en eso de llorar en la habitación y luego tener que salir y parecer contenta, recomponiendo las piezas de mi corazón y guardándolas en un cajón", confesó la actriz.
También aprovechó, eso sí, para aclarar que no había espacio para el rencor hacia Branagh, quien se casó en 2003 y no ha tenido hijos. "No tengo energía para aferrarme al rencor", señala, "En cuanto a Helena, es una mujer maravillosa, estamos en paz. Las dos estamos ligeramente locas y somos un poco torpes con la moda. Quizá por eso Ken se enamoró de las dos".