El 2 de marzo es el cumpleaños del actor británico Daniel Craig. Con sus 54 envidiables primaveras está en plena forma física, laboral y económica. Bastante reservado en lo que respecta a su vida privada, ha sorprendido a sus seguidores con sus intenciones testamentarias donde sus hijas no se convertirán nunca en unas ricas herederas. En Uppers hemos recogido sus declaraciones al respecto y nos preguntamos por qué Daniel Craig no dejará su fortuna en herencia a sus hijas.
El caso es que Daniel Craig es uno de los actores mejor pagados del mundo; después de firmar con Netflix un contrato por la friolera de 80 millones de euros para rodar las dos secuelas de Puñales por la espalda. La noticia se dio a conocer en agosto del año pasado, un mes antes del estreno de su último papel como James Bond en la película Sin tiempo para morir.
En una entrevista con la revista inglesa Candis le preguntaron cuáles eran sus intenciones después de cobrar tal cantidad de dinero: “No quiero dejar grandes sumas a la próxima generación. Creo que el concepto herencia es bastante desagradable”, a lo que añadió que “mi filosofía es deshacerme de él o regalarlo antes de irme”.
Craig es padre de dos hijas, la primera, de 26 años, se llama Ella y nació fruto de su matrimonio con la actriz escocesa Fiona Loudon siendo muy jóvenes, que solo duró dos años de 1992 a 1994. De la segunda de sus hijas, no se conoce todavía su nombre y tendrá ya más de tres años. La madre es Rachel Weisz, su actual pareja y con la que se casó en 2011.
Probablemente el actor tenga muy claro que el éxito laboral y económico hay que ganárselo. De padre guardiamarina y madre profesora de arte, nació en 1968 en Cheshire, un pueblo junto a la ciudad de Chester, en el noroeste del Reino Unido. Muy joven se marchó a la City de Londres para estudiar Interpretación en la Guildhall School of Music and Drama.
Con veinte años ya era independiente. Su carrera comenzó como actor de teatro en el National Youth Theatre y pronto empezó a grabar películas de éxito como Lara Croft: Tomb Raider en 2001 o Munich en 2005 por nombrar alguna. Con 35 años asumió uno de los papeles más conocidos y exitosos del cine porque se convirtió en el agente 007 en Casino Royale.
A esta le siguieron las siguientes de James Bond junto a otras como Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres en 2011. Como hemos contado, en septiembre pasado se estrenó Sin tiempo para morir, su quinta cinta del agente 007, y Daniel Craig sigue demostrando su capacidad para convertir en rentables las películas en las que participa.
Según diversas fuentes, en sus cinco papeles como Bond se ha embolsado 73,3 millones de euros sin tener en cuenta todavía las ventas en taquilla de la quinta cinta. En un principio no quería participar en esta última, pero el contrato de 21,4 millones de euros que le ofrecieron le convenció. Además, no se ha hecho pública aún la cifra definitiva de recaudación de la que se llevaría un porcentaje.
Por el momento, se conoce que las ganancias de Sin tiempo para morir gracias a las entradas están en más de 691 millones de euros con un presupuesto inicial de 267,94 millones de euros. La cuenta ha superado el doble de lo invertido y también repercutirá en el bolsillo de Craig. Suponemos que la intención del actor es acompañar a sus hijas económicamente pero no dejarles todo hecho. Como dato, se estima que su fortuna alcanza los 121,47 millones de euros.
En esa entrevista a la que nos hemos referido al inicio, el actor citó el proverbio “¿No hay un viejo adagio que dice que, si mueres como una persona rica, has fallado?”. A ello debía referirse Craig con el hecho de que su intención es “deshacerse” de su fortuna y “no dejar una gran suma a la próxima generación”.
También recordó cómo el magnate “Andrew Carnegie regaló una cantidad aproximada a los 11.000 millones de dólares” y bromeando puntualizó “aunque apuesto a que también se quedó con algo”. Carnegie, que nació en 1835 en Escocia y murió en 1919, era un empresario que consiguió la citada fortuna gracias al desarrollo industrial en Estados Unidos y también ejerció como filántropo.
De todos modos, Craig tendrá a su alrededor ejemplos claros de cómo los hijos son capaces de dilapidar herencias sin inmutarse a pesar del ingente esfuerzo de sus padres, si antes no han aprendido a luchar y a trabajar por su futuro.