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Cuando pensamos en Superman lo tenemos claro. Han sido muchos los actores que han dado vida a uno de los superhéroes más famosos de los cómics y la gran pantalla. El más mítico se podría decir que tiene consenso: Christopher Reeve. Es el Superman conocido por todas las generaciones desde que el actor lo encarnó en la gran pantalla en 1978, siendo la primera vez que se veía a Clark Kent en color y nos permitía ver el traje azul y rojo en todo su esplendor. Pese a su fama hasta que falleció en 2004, hay un hecho clave en la vida de Reeve que no es del todo conocido por las nuevas generaciones o que ha sido olvidado por los que siguieron su carrera cinematográfica.
Para hablar de su aventura tenemos que irnos hasta noviembre 1987, cuando Christopher Reeve visitó Chile en plena dictadura de Augusto Pinochet. Entonces un grupo de 77 actores, actrices y dramaturgos del país habían recibido una carta de un grupo militar de extrema derecha en la que se les daba 30 días para abandonar el país. En Estados Unidos, al escritor chileno Ariel Dorfman se le ocurrió que si una estrella internacional les apoyaba y se solidarizaba con ellos podría ayudar a salvarles, así que decidió descolgar el teléfono y llamar al actor que entonces daba vida a Superman.
Según un hilo en Twitter que explica esta historia, Dorfman logró el contacto de Superman gracias a Margot Kidder, su compañera de reparto en la saga del superhéroe. Al parecer hablaron durante una hora del tema que Reeve ya conocía por un artículo publicado en The New York Times. Tal y como algunos medios definen la conversación, el actor preguntó cómo de peligroso era Chile para él o cómo podía ayudar a sus compañeros chilenos. Dorfman no dudó en contestarle con sinceridad a ambas cuestiones, no le podía garantizar seguridad, pero le afirmó que si iba, podía "salvarles la vida".
"I'll go" ("iré"), fue su respuesta. Aterrizó en Chile el día que se cumplía el mes para que los artistas abandonasen el país y fue de los pocos que acudió presencialmente, hospedándose en casa del actor Jaime Celedón. Según un artículo de El País que recogía esa noticia, el dramaturgo Arthur Miller, actores como Glenda Jackson, o los actores españoles Fernando Marín y Germán Cobos enviaron cartas de apoyo a los chilenos afectados.
El acto, cuando ya todo Chile sabía que Superman estaba en el país, se iba a celebrar en un estadio que desalojaron con la excusa de que no era un actor deportivo, por lo que se trasladaron al llamado 'Garage Matucana' y fue allí donde Christopher Reeve habló. "Estoy aquí de actor a actor, de trabajador a trabajador, de amigo a amigo", comenzó a decir el actor.
También criticó la portada de una revista afín a Pinochet en la que aparecía un superhéroe sosteniendo al dictador con el titular de: "¿A qué viene Superman realmente?". Tras mostrarlo dijo que "esta situación es muy grave y va más allá de los cómics. Días después abandonó Chile y gracias a su intervención las amenazas a los 77 artistas desaparecieron.
No fue la única vez que se involucró con el país. En 1988 fue parte de la campaña al no para el plebiscito. En 2004, meses antes de fallecer, el gobierno chileno condecoró al actor con la distinción Oden Bernardo O'Higgins en el Grado de Gran Cruz. La entonces ministra de Asuntos Exteriores del país, Soledad Alvear señaló que "Christopher Reeve fue una de esas personas que en los momentos cúspide de su carrera estuvieron dispuestos a alzar su voz en favor de los Derechos Humanos en Chile, en situaciones muy duras que vivió nuestro país y hoy hemos querido agradecer su solidaridad a través de esta distinción".