"En un infierno dominado por hombres, ella fue la reina". Con estas palabras presenta el abogado y escritor Ulises Bértolo a Ana Garrido, la mujer que lideró el narcotráfico en España y protagonista de su tercera novela, 'La dama del norte' (Planeta). Un libro en el que juega con la realidad y la ficción para dar a conocer la parte más personal e íntima de Garrido. Cuando le llegó la historia se reunió con ella. Allí descubrió la parte de su vida que no se había contado, la que de verdad le inspiró para comenzar a dar forma a las páginas. Contar la historia de una niña nacida en un pequeño pueblo del norte de España que acabó dentro de un cártel colombiano. Hablamos con su autor, que nos desgrana parte de la vida de Ana Garrido, 'la Reina del Norte', que acabó detenida tras una operación en la que incautarón 14.000 kilos de cocaína.
¿Cómo te llegó la historia?
A través de un amigo que trabaja en el mundo audiovisual. Me dijo que su vida era tan fuerte que podía inspirar una novela.
¿Por qué decidiste contar la historia de Ana Garrido en una novela?
Fue cuando me habló de sus raíces mineras, de su familia, del miedo atroz que sentía su madre a que la mina le arrebatase a alguno de los suyos. Necesitaba entender por qué una mujer en las antípodas del narcotráfico acaba metida en ese mundo.
¿Y por qué desde el aspecto más íntimo y humano?
No me seducía demasiado la idea de contar otra historia de narcotráfico, sino la de profundizar en las razones que llevan a una niña que nace en el seno de una familia humilde de un pueblo del norte de la España de los años sesenta, a meterse en ese mundo y, sobre todo, imaginar de qué pasta estaba hecha para acabar en un cártel colombiano regido por hombres siendo mujer y española.
¿Qué es lo que más te llama la atención de ella?
Que puede ser como la vecina de enfrente. Nada en su aspecto hace pensar lo contrario. Un día muy al principio, estábamos en el notario. El hombre no daba crédito cuando leyó que el motivo de la firma era escribir un libro inspirado en la vida de la mujer que tenía delante y que había sido condenada a 30 años de cárcel por narcotráfico. Le preguntó qué profesión hacía constar en la escritura, y ella le dijo que “mis labores” con la misma naturalidad que daría los buenos días al pescadero. Recuerdo que uno de los policías que participó en la operación en la que fue detenida me dijo que era así, tal cual aparentaba, que habría sido tan buena vendiendo hortalizas como cocaína. Y luego, me llama mucho la atención el profundo código de honor del que hace gala. Me dijo que no delató a nadie, ni cuando los demás se rajaron. Salvando las distancias, creo que eso de proteger al compañero le viene de la sangre minera.
¿Lo que más engancha de su vida?
Su vida misma. Las cosas que le van ocurriendo al cabo de los años. Puede que otros necesitemos dos o tres vidas para juntar tanto sobresalto. Lujo, exceso, de las operaciones millonarias a los cambios de identidad. De las persecuciones y la tortura a la detención y a la cárcel. Y sobre todas esas cosas el profundo amor que siente por el verdadero hombre de su vida, el único que no la traiciona, su hijo, por el que estaría dispuesta a hacer cualquier cosa.
¿Qué has descubierto documentándote?
Que a veces los juzgadores no son tan buenos como aparentan y lo poco que duermen los policías. Los policías las pasan canutas para llevar una vida en familia. Como me dijo uno de los nacionales con los que me entrevisté, su problema es que los malos trabajan a todas horas y siempre por la noche.
¿Tuvieron algo que ver sus vivencias durante su infancia, adolescencia y juventud para que acabase dentro del mundo del narcotráfico?
Siendo todavía una niña sucede un hecho terrible que la marca para siempre. Sí, aquello la condiciona, pierde la fe y quiere ganar mucho dinero para no depender de nadie. Tengo la sensación de que lleva toda la vida huyendo de ella misma.
¿Fue una mujer maltratada?
Se casó con tan solo dieciséis años. Al principio las cosas iban bien, después su matrimonio se convirtió en un infierno. No lo tuvo nada fácil con los hombres.
¿Tres características de ella?
Afable, observadora, enigmática.
¿Se empatiza con su personaje?
Sí, porque no cuento la historia de una narcotraficante, sino la de una mujer que se dedicó al narcotráfico. Viendo su lado humano, del que nos habla en primera persona, comprendemos que no somos tan distintos, que de alguna manera sus miedos, sus deseos y sus secretos son los nuestros. Llegamos a pensar que cualquiera en su lugar podría haber hecho algo parecido, al menos que ninguno estamos realmente a salvo de hacer cosas que jamás pensamos que haríamos.
¿Cómo es posible que en un mundo dominado por hombres ella fuese, como dices, la reina?
Lo fue sin ser la amante de nadie, sin valerse de las armas atribuidas tradicionalmente a las mujeres como la seducción o la belleza. Prevaleció sobre los hombres a base de echarle bemoles.
Con esa descripción, ¿es una novela feminista?
No era mi intención, pero supongo que se trasluce lo que yo siempre he pensado de las mujeres. He visto a mi abuela echarse a los hombros a un marido tocado por la guerra y a sus cuatro hijos para buscar una mejor vida. De lo que estoy seguro es que las mujeres no necesitan que venga un hombre a sacarles las castañas del fuego. Así es Camile, la mujer que entra en la vida de nuestra protagonista siendo una niña y en la que ella querría convertirse de mayor. Camile le enseña a pensar por sí misma y a no depender de lo que otros quieren. Puede que Ana Garrido eligiese el camino equivocado, pero su vida es un ejemplo de que las mujeres son mejores que los hombres también en las cosas que consideramos reprobables. Las mujeres se bastan solas, como se puede ver perfectamente en la novela.
¿Qué encumbró a Ana a convertirse en la líder del narcotráfico en España?
Un episodio que tiene como elemento central un simple carrito de la compra. Es tan fuerte lo que pasó con ese carrito que mereció un capítulo propio titulado Ovarios. No sé si esto responde a tu pregunta.
¿Dónde está ella ahora?
En la cárcel cumpliendo una nueva condena por narcotráfico.
¿Cuándo tiene previsto salir de la cárcel?
Con buena conducta, bastante pronto.
¿Qué produjo su detención?
El éxito del operativo policial montado por la UDYCO y conocido como la operación Temple. Fue un trabajo preciso, fruto de la tenacidad de los agentes y de una buena dosis de intuición, donde cada paso fue fundamental para atrapar a los miembros de la organización criminal.
¿Qué consecuencias tuvo su detención en el narcotráfico en España?
La de desarticular un cártel de la droga colombiano que había elegido a Madrid con base de operaciones y el mayor alijo de cocaína de la historia del narcotráfico en Europa.
¿Cómo ha influido tu profesión de abogado en el proceso de creación de la novela sobre el narcotráfico? ¿En qué le ha ayudado?
He querido evitar en todo momento que la novela descarrilase por lares legales, así que he usado los aspectos legales del juicio y de los sorprendentes acontecimientos que suceden durante el mismo en la medida que fueran útiles a la historia. Dicho esto, es innegable que la condición de abogado me ha servido para desenmarañar el complejo operativo policial que tuvo lugar hasta la detención de los implicados y para colocar todas las piezas en su sitio.
¿Cómo ha sido jugar con la realidad y la parte ficcionada de la novela?
Un reto. He querido mantener la base, aquellos aspectos reconocibles de la vida de Ana Garrido, aunque modificando algunos hechos y personajes con fines dramáticos, porque de eso va escribir una novela. Eso sí, como digo en la nota al final del libro, la verdad aparece de una forma u otra sin los estigmas de lo políticamente correcto.
Es tu tercera novela en una década, ¿te ves retirándote como escritor a tiempo completo?
Sí, me veo algún día escribiendo a tiempo completo. Pero no de momento. Puede que cuando pierda la energía requerida para seguir siendo útil como abogado.
¿Se puede vivir de ser escritor?
Se puede vivir con poco. A partir de ahí, se puede vivir siendo cualquier cosa. Incluso escritor. Incluso escritor rico.
¿Ser abogado influye en optar por el thriller?
Es que en este caso la tensión emocional de la novela no surge del canon del género. No busco conducir al lector hacia una trampa previamente configurada. Aquí es la vida de la protagonista y las decisiones que va tomando, las que marcan el camino. Quiero que el lector quede prendido en la historia a fuego lento, y que los personajes le sigan dentro al acabar con la última página. Es una novela contemporánea, de esas que nos hablan de nosotros mismos, y de cómo la vida puede volverse trágica y apremiante en un solo instante.