Hace unos meses Ramón Lobo anunciaba su retirada profesional para recuperarse de los dos tumores que le habían detectado. El periodista relató que quería centrarse en su recuperación y que por eso mismo se mantendría alejado de los medios de comunicación unos cuantos meses. “Se descubrió que tenía un aneurisma en la aorta y cuando me hicieron una prueba para ver el tamaño que tenía, descubrieron un nódulo en el pulmón”, explicó entonces Lobo que ahora espera paciente su despedida.
Su amigo, periodista y fotógrafo Gervasio Sánchez le dedica ‘Antes que anochezca, querido Ramón’ un artículo en el que se despide del que ha sido su compañero en varias coberturas. “Escribo este texto antes que anochezca, querido Ramón, porque quiero que lo leas. Que te emociones como me ha emocionado a mí mientras avanzaba párrafo a párrafo. Es una declaración de vida, admiración y amor y una reflexión cariñosa sobre todo lo que vivimos juntos”, empieza.
Una carta en la que repasa vivencias, pero también pone en valor la admiración hacia Ramón Lobo “porque morir sabiendo que vas a morir no es fácil. Es de valientes. Llevas acunando la muerte desde hace meses. Le has dicho: ‘Sé que me reclamas. Pero antes me quiero despedir de todo el mundo, dejar todo ordenado, los deberes hechos, mi último libro terminado”.
Sánchez pone en valor esa valentía, la exigencia del periodista de saber siempre la verdad, desde el principio, pese a que “morir es más fácil si te golpea un infarto o te ocultan que vas a morir”. “La muerte forma parte de nuestro ciclo vital desde el primer segundo tras nuestro nacimiento. Pero insisto: yo no sabría morir como tú. Y lo demuestras cada día que pasa. Haces que las despedidas sean tiernas y no desesperantes”.
En esta carta abierta Gervasio Sánchez señala que los médicos le han dicho a Lobo que morirá, probablemente, durante el mes de agosto, y que su preocupación es que es un mes en el que todos están de vacaciones, que quién irá a su entierro entonces.
Una amistad que dura 30 años, desde aquel 1993 en el que coincidieron en la guerra de Bosnia-Herzegovina. Desde entonces han vivido de todo juntos, algunas experiencias estremecedoras y otras, pese a que el escenario no acompañaba, más divertidas. “Hay pocas personas en el mundo del periodismo con quien me iría al infierno, a la cobertura más dura y peligrosa. En zonas tenebrosas hay que saber muy bien con quién viajas porque un error te puede costar muy caro. Tú eres una de ellas por muchos motivos”, reconoce Sánchez.
“Puedes irte tranquilo porque has conseguido algo muy difícil: formar parte de la cúpula de la tribu periodística. También has conseguido ser respetado por tus compañeros, incluidos los de la competencia, porque les demostraste que la competitividad tiene que ser siempre elegante y nunca tóxica. Te vas de este mundo arropado con el cariño de tu red de amigos que has pulido durante décadas. Y te vas con el amor de los más cercanos que nunca olvidarán los mejores años de nuestras vidas”.